Reportaje:

La movida y otros retratos

Pablo Pérez-Mínguez expone fotos de la 'fauna' madrileña de los últimos 30 años

El fotógrafo Pablo Pérez-Mínguez ha hecho memoria de 30 años de profesión y las fotos más significativas cuelgan de las paredes de la Photogalería La Fábrica: Marisa Paredes, transfigurada en santa Teresa; Pedro Almodóvar, con la bata y el collar de perlas de sus tiempos de Rockola; Alejandro Sanz, adolescente y anónimo, o Alaska, de melena bicolor y cristos en las orejas.

El artista lleva tres decenios sometiendo a sus modelos a un juego peculiar en su estudio de Madrid: 'A los famosos les digo que quiero sacarles como gente normal y a los desconocidos les digo que pretendo sacarles co...

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El fotógrafo Pablo Pérez-Mínguez ha hecho memoria de 30 años de profesión y las fotos más significativas cuelgan de las paredes de la Photogalería La Fábrica: Marisa Paredes, transfigurada en santa Teresa; Pedro Almodóvar, con la bata y el collar de perlas de sus tiempos de Rockola; Alejandro Sanz, adolescente y anónimo, o Alaska, de melena bicolor y cristos en las orejas.

El artista lleva tres decenios sometiendo a sus modelos a un juego peculiar en su estudio de Madrid: 'A los famosos les digo que quiero sacarles como gente normal y a los desconocidos les digo que pretendo sacarles como si fueran famosos; en esa dualidad se crean cosas muy bonitas'. Eso sí, algunos de los anónimos de entonces tienen hoy sitio en el firmamento artístico. 'Yo desvirgué a Pedro Almodóvar, Antonio Banderas o Joaquín Sabina. Aquellas primeras sesiones fueron mágicas, irrepetibles', recuerda.

Pérez-Mínguez ha dejado para la posteridad en color imágenes de los tiempos de la movida, como la de Fabio McNamara travestido de Fanny diva, con diadema, sostén y tanga de brillantes. Fotografías atrevidas y excesivas de unos tiempos 'de explosión democrática'. 'Por aquel entonces, casi había que pedir perdón por hacer las cosas, y ahora, en mi estudio, ya no hay que esconderse, sino que los modelos vienen, se ofrecen y todo es más libre', comenta. El artista reivindica la utilización del color frente a los fanáticos del blanco y negro: 'La gente cree que la única foto artística es la de blanco y negro, pero el color exige más esfuerzo y es más arriesgado, más bonito y más atrevido'.

A la inauguración de la exposición Metamorfosis 2000 acudieron amigos del fotógrafo, como Marisa Paredes, Alaska o Paco Clavel. La actriz, actual presidenta de la Academia del Cine, conoció a Pablo en 1968 y enseguida fluyó la complicidad. Hace cinco años, la retrató como santa Teresa. 'Quise reflejar con ella a una de las mejores mujeres de España, al mito que es santa Teresa', rememora Pérez-Mínguez. El resultado es del agrado de la modelo. 'Yo llegué; él tenía pensada la foto y todo fue muy fácil. Estoy estupenda, ¿no te parece?', comentó Marisa Paredes.

Algunos de los retratos rescatados del letargo de años por Pablo Pérez-Mínguez no han cabido en la muestra, pero aparecen en un libro de bolsillo editado por La Fábrica y la Obra Social de Caja Madrid. Un suponer, Rossy de Palma en plan reina de Saba o el televisivo Carlos Lozano en pose de efebo durmiendo a otro joven. El libro, además, incluye ejemplos de la penúltima serie del autor, el fototexto, 'un invento que otorga un nuevo sentido a la imagen mediante un cartelito con el que posa el modelo'.

Entre experimento y experimento, el fotógrafo demuestra que sigue a la última: Tamara, la del No cambié, ha pasado ya por su estudio. 'Con ella quise hacer una santa Rita, la que hace un favor y deja una espina. La sesión comenzó así, con un guión, pero terminamos improvisando, ya sin toca', explica.

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Exposición fotográfica de Pablo Pérez-Mínguez. Photogalería La Fábrica (calle de la Alameda, 9). De martes a sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30. Hasta el 31 de enero.

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