Cartas al director

Oposiciones o contraoposiciones

¡Por fin ha llegado mi hora! Después de seis años de presentarme a diferentes oposiciones para bombero (Diputación, Generalitat, aeropuerto), renunciar a infinidad de cosas, entrenar dos veces al día y estudiar como en la universidad, por fin este año 2000, en la convocatoria de bomberos de la Generalitat 55/00, consigo superar la nota mínima para entrar de 9,29. Me lleno de ilusión y proyectos. Pero una vez más un tribunal burócrata decide saltarse la ley publicada en el DOG de forma arbitraria y denegar unos méritos que nos corresponden por ley. ¡Estoy de nuevo en la calle! La indefensión es...

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¡Por fin ha llegado mi hora! Después de seis años de presentarme a diferentes oposiciones para bombero (Diputación, Generalitat, aeropuerto), renunciar a infinidad de cosas, entrenar dos veces al día y estudiar como en la universidad, por fin este año 2000, en la convocatoria de bomberos de la Generalitat 55/00, consigo superar la nota mínima para entrar de 9,29. Me lleno de ilusión y proyectos. Pero una vez más un tribunal burócrata decide saltarse la ley publicada en el DOG de forma arbitraria y denegar unos méritos que nos corresponden por ley. ¡Estoy de nuevo en la calle! La indefensión es máxima, y la frustración, total. Queda de manifiesto, una vez más, la prepotencia y capacidad de la Administración para saltarse la ley de forma impune, en prejuicio de unos y en beneficio de otros. ¿Hasta cuándo?- Núria Camps i Jaraba. Rubí, Barcelona.

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