Cartas al director

Atasco

El martes pasado pudimos ver en la Castellana un formidable atasco producido por el partido de fútbol, la lluvia y la salida del puente. Mientras iba de camino se me ocurrió pensar si existe alguna solución para que nuestras ciudades tengan un tráfico menos cargado. Nadie sabe responder a esta cuestión: es imposible mejorarlo sin que cedamos todos por algún lado. Los políticos no quieren coger el toro por los cuernos de las medidas impopulares y así se limitan a la inversión en infraestructuras, más túneles y más carreteras. Buenas iniciativas, pero tan sólo parches al problema.A veces existe ...

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El martes pasado pudimos ver en la Castellana un formidable atasco producido por el partido de fútbol, la lluvia y la salida del puente. Mientras iba de camino se me ocurrió pensar si existe alguna solución para que nuestras ciudades tengan un tráfico menos cargado. Nadie sabe responder a esta cuestión: es imposible mejorarlo sin que cedamos todos por algún lado. Los políticos no quieren coger el toro por los cuernos de las medidas impopulares y así se limitan a la inversión en infraestructuras, más túneles y más carreteras. Buenas iniciativas, pero tan sólo parches al problema.A veces existe la impresión que en nuestro país queremos combinar la maravillosa calidad de vida española con las inconveniencias de la vida ultramoderna. Resulta imposible querer coger el coche siempre para ir a la oficina, comer en casa a diario durante una hora y media, vivir cerca de todos sitios y tener un trabajo en el centro de la ciudad. Juntamos todo esto y el embotellamiento urbano es inevitable. Los españoles somos un pueblo creativo y precisamente la tecnología nos comienza a ofrecer herramientas que permitan un desarrollo urbanístico más armonizado. La primera ayuda es la de empezar a descargar las ciudades de oficinas. Prácticamente todo el sector servicios podría estar fuera del centro de las ciudades. Y con las oficinas, todos los empleados que trabajan en ellas podrían vivir en las zonas residenciales del extrarradio, cerca de sus trabajos y disfrutando de un entorno más agradable. ¿Acaso no es ésta la era de las telecomunicaciones que permite trabajar a distancia?- César Chiva de Agustín.

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