Cartas al director

A tope Claudia

Ayer fue. En la Puerta del Sol, en Madrid, mi ciudad. Venía de la presentación de un libro. El Casino, escritores y diplomáticos. Cultura sin más adjetivos. Entonces la vi. Ocupa todo un edificio de arriba a abajo, de derecha a izquierda. Claudia en paños menores tan hortera y fría como siempre allí, en mi plaza, en nuestra Puerta del Sol.Allí, donde una vez al mes me llevaba mi abuela a tomar un muji a La Mallorquina. Allí, donde acompañaba de pequeño a mi madre en la búsqueda de botones en Pontejos. Allí, donde iba con mi padre a comer un bocadillo de calamares junto a la calle del Carmen; d...

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Ayer fue. En la Puerta del Sol, en Madrid, mi ciudad. Venía de la presentación de un libro. El Casino, escritores y diplomáticos. Cultura sin más adjetivos. Entonces la vi. Ocupa todo un edificio de arriba a abajo, de derecha a izquierda. Claudia en paños menores tan hortera y fría como siempre allí, en mi plaza, en nuestra Puerta del Sol.Allí, donde una vez al mes me llevaba mi abuela a tomar un muji a La Mallorquina. Allí, donde acompañaba de pequeño a mi madre en la búsqueda de botones en Pontejos. Allí, donde iba con mi padre a comer un bocadillo de calamares junto a la calle del Carmen; donde he ido con mis hijos camino de Casa Labra, donde me he manifestado libremente, sin convocatoria alguna como madrileño histórico que se precie cada vez que nos ha golpeado la historia. Allí.

Se acabó. Don Luis, Moncho, Joaquín, unid vuestra pluma, vuestro verbo y vuestra música y con vosotros organicemos una Plataforma Ciudadana para quitar de enmedio a este alcalde que carece de la más mínima sensibilidad.

No le digamos "Álvarez, váyase", simplemente, echémosle. Digámosle que no es por no poner. Que si ha de ponerse se pone, pero en vez de Claudia mostremos a Gala en su tímido desnudo de espalda con su seno de perfil, mucho más sugerente, o a la duquesa desnuda, nuestra Maja. Goya caería en una de sus históricas depresiones al ver el encuadre de los Mamelucos ocupado por tamaña zafiedad. Dios le perdone, Álvarez.- Francisco Montero de Espinosa Freijo.

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