El aumento del desempleo confirma la desaceleración de la economía en EE UU

Sólo faltaba un dato para medir con exactitud la temperatura de la economía estadounidense. Y se publicó ayer: la creación de empleo ha bajado de ritmo, lo que confirma el enfriamiento. El ligero aumento del paro en noviembre, del 3,9% al 4%, fue recibido con alborozo por la Bolsa. Los índices Dow Jones y Nasdaq registraron nuevas subidas, alentadas por la convicción general de que el temor al recalentamiento y a la inflación son cosas del pasado. La única duda se centra ahora en cuándo la Reserva Federal (banco central estadounidense) empezará a reducir los tipos de interés.

Los analis...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Sólo faltaba un dato para medir con exactitud la temperatura de la economía estadounidense. Y se publicó ayer: la creación de empleo ha bajado de ritmo, lo que confirma el enfriamiento. El ligero aumento del paro en noviembre, del 3,9% al 4%, fue recibido con alborozo por la Bolsa. Los índices Dow Jones y Nasdaq registraron nuevas subidas, alentadas por la convicción general de que el temor al recalentamiento y a la inflación son cosas del pasado. La única duda se centra ahora en cuándo la Reserva Federal (banco central estadounidense) empezará a reducir los tipos de interés.

Más información

Aterrizaje

Los analistas apuestan por la clarividencia de Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal. Desde junio de 1999 hasta el pasado mes de mayo, Greenspan subió seis veces los tipos de interés para evitar que la economía de Estados Unidos, lanzada a un crecimiento superior al 5% anual, se calentara en exceso. Durante año y medio, el gurú de la política monetaria insistió en que el mayor riesgo radicaba en la inflación y en que era necesario un "aterrizaje suave".Los técnicos de Merrill Lynch, en sus previsiones para el año próximo, dan por hecho este objetivo. Creen que la economía y los mercados de valores perderán gas hasta mediados de 2001, y que después del verano se entrará en una fase de crecimiento sostenido en torno al 3%.

Para que el "aterrizaje" se realice con éxito, los mercados esperan un abaratamiento del dinero. Y si los expertos en greenspanología no se equivocan, la Reserva Federal debería, en su reunión del 19 de diciembre, lanzar el mensaje de que la guerra contra la inflación está casi definitivamente ganada y que la prioridad pasa a ser el control del enfriamiento. Eso debería dar paso a una reducción leve de los tipos de interés a principios de año, cuyos efectos se notarían en el segundo semestre.Los datos sobre empleo publicados ayer por el Departamento de Trabajo indican que la expansión del mercado de trabajo concluyó en noviembre. En ese mes se crearon 94.000 empleos, insuficientes para compensar las nuevas incorporaciones al mercado, y el paro subió una décima. El promedio de los salarios por hora, sin embargo, siguió subiendo: un 0,4%, hasta los 13,94 dólares a la hora (unas 2.650 pesetas). Los sueldos han subido un 4% en los últimos 12 meses, sin efectos apreciables sobre la inflación porque la productividad sigue aumentando, según el secretario de Trabajo, Alexis Herman. La combinación de más productividad y menor demanda ha hecho que el promedio de horas trabajadas a la semana descendiera, de 34,4 en octubre a 34,3 en noviembre.

"Hay grandes esperanzas de que los tipos de interés bajen a principios de año", declaró Alan Ackerman, vicepresidente de Fahnestock, ante los nuevos síntomas de enfriamiento. Esas esperanzas, la sensación de que la incertidumbre electoral llegaba a su fin, empujaron al alza los mercados de valores neoyorquinos. No obstante, la sentencia favorable que a última hora de ayer recibió Al Gore del Tribunal de Florida ha renovado la incertidumbre y ésta puede verse reflejada en la jornada del lunes en los mercados.

Las bolsas de EE UU avanzaron ayer a pesar de que Intel hizo saber que obtendría menos beneficios de los esperados en el cuarto trimestre, por el descenso en las ventas de ordenadores personales; sin embargo, las acciones de Intel subieron. Otras grandes compañías, como Apple, Motorola y Gateway, han comunicado también que sus beneficios se reducen.

Pero la Bolsa optó ayer por ignorar todo eso. "El mercado sube pese a las malas noticias, lo cual es probablemente un signo de que estamos a punto de tocar fondo", opinó Ackerman. Las malas noticias, cuando se refieren a reducción de beneficios, parecen darse por descontadas.

Wall Street se ha situado ya mentalmente en una era de expectativas templadas, después de dos años de crecimiento acelerado y exigencias frenéticas. "Todo indica que estamos frenando, pero no cayendo, y esa es la mejor noticia", dijo Bill Cheney, economista de John Hancock Financial Services.

El índice Dow Jones ganó un 0,90%, y el mercado Nasdaq avanzó hasta un 5,99%. La previsión de recortes de beneficios por parte de empresas importantes, en general, sí ha afectado al Nasdaq que, pese a la espectacular alza del martes (10,5%), se mantiene aún en niveles negativos en lo que va de año. En una jornada festiva en la Bolsa de Madrid, Fráncfort ganó un 1,9% y Londres un 0,91%, mientras París retrocedió un 0,76%.

Archivado En