LAS CLAVES DE LA SEMANA

Un consejero desconcertante

El titular de Cultura, Manuel Tarancón, ha conseguido desconcertar, por no decir decepcionar, a cuantos confiábamos en su apuesta decidida por la cultura. De su política se desprende que no tiene las ideas claras o que gusta de escatimar con una mano lo que ofrece con la otra. Primer ejemplo de lo dicho: ampara la Bienal de Valencia, con plausible y selecto concurso internacional, y otorga tan sólo 30 millones para tan singular evento. Puta misèria, que diría Ferran Torrent. Segundo: concede galardones -justamente otorgados- a unas editoriales valencianas de cariz progresista y ni siqui...

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El titular de Cultura, Manuel Tarancón, ha conseguido desconcertar, por no decir decepcionar, a cuantos confiábamos en su apuesta decidida por la cultura. De su política se desprende que no tiene las ideas claras o que gusta de escatimar con una mano lo que ofrece con la otra. Primer ejemplo de lo dicho: ampara la Bienal de Valencia, con plausible y selecto concurso internacional, y otorga tan sólo 30 millones para tan singular evento. Puta misèria, que diría Ferran Torrent. Segundo: concede galardones -justamente otorgados- a unas editoriales valencianas de cariz progresista y ni siquiera comparece para entregarlos, después de hacer lo posible para que el acto fuese poco menos que clandestino. Tercero: tiene a su cargo la restauración de nuestro patrimonio artístico y no hace otra cosa que recortar año tras año el presupuesto de este capítulo, hasta el día en que se le venga abajo la torre de Santa Catalina o un alcalde indignado lo corra a gorrazos por los compromisos incumplidos. Y no acaba aquí la serie, sino el espacio que tenemos disponible para registrarla. Pero seguiremos hasta saber a qué carta apuesta este liberal tan ambigüo.

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