Inseminadas mujeres británicas con semen de su suegro

En el Reino Unido hay mujeres, cuyo marido es estéril, que aceptan ser inseminadas artificialmente con con el semen de sus suegros, que se convierten así en abuelos paternos y también en padres biológicos del futuro bebé. La práctica no es ilegal, pero su aparición en la prensa ha reavivado a polémica sobre los límites éticos que deben imponerse a la búsqueda de un hijo. La práctica es corriente en Japón, donde mantener vivo el linaje del varón es muy importante por razones culturales, y en Estados Unidos.Mientras el Gobierno británico estudia la posibilidad de otorgar a los niños concebidos c...

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Problemas emocionales

En el Reino Unido hay mujeres, cuyo marido es estéril, que aceptan ser inseminadas artificialmente con con el semen de sus suegros, que se convierten así en abuelos paternos y también en padres biológicos del futuro bebé. La práctica no es ilegal, pero su aparición en la prensa ha reavivado a polémica sobre los límites éticos que deben imponerse a la búsqueda de un hijo. La práctica es corriente en Japón, donde mantener vivo el linaje del varón es muy importante por razones culturales, y en Estados Unidos.Mientras el Gobierno británico estudia la posibilidad de otorgar a los niños concebidos con ayuda de un donante anónimo de semen los mismos derechos que a los adoptivos, las clínicas de fertilización asistida han demostrado que van muy por delante de la ley. Según el dominical The Observer, cada vez más varones estériles piden ayuda a sus progenitores para que cedan su propio semen y pueda inseminarse así a su mujer. Ello convierte al bebé en hijo y nieto a la vez de su abuelo, además de medio hermano del que figurará como su padre legal. Una situación aceptada en estos momentos por las leyes, pero que preocupa a varios de los biólogos más reputados. Uno de ellos, Robert Winston, pionero de las fertilizaciones artificiales y poco dado a asombrarse, ha admitido que recibe "un puñado de peticiones de esta clase al año" en su clínica de Hammersmith, en Londres. "En conjunto es una situación que nos preocupa", dice.

Para los psiquiatras, el mayor problema es el equilibrio emocional futuro del niño nacido con tan complicada genealogía. "Es un asunto que puede modificar las relaciones íntimas de toda la familia y repercutir en los pequeños de forma muy negativa", declara a The Observer la doctora Samantha Gothard del hospital londinense de Saint Anne.Para la Asociación para la Fertilización y Embriología Humana, órgano asesor del Gobierno que otorga los permisos de apertura para las clínicas privadas y dicta las normas, la situación es delicada. Si bien aprovechar el semen del abuelo con la nuera no llevaría a ninguna de las partes a la cárcel, "habría que analizar cada caso con cuidado antes de decidir si la inseminación sigue adelante. Como en otras ocasiones, el bienestar del niño es lo más importante", señala su presidenta, Ruth Deech. Todas las preguntas remitidas sobre este tema a la asociación han sido contestadas del mismo modo. Tanto las clínicas como las parejas afectadas deben llegar a un acuerdo que preserve la salud emocional del hijo antes de embarcarse en una aventura así.

Algunos especialistas, como Jack Cohen, que dirige bancos de semen en Inglaterra, consideran que debe ayudarse siempre que se pueda a las parejas estériles. Incluso en áreas tan controvertidas como ésta, que implican revolucionar el parentesco familiar en la búsqueda de un hijo.

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