Las decisiones de los jueces por el recuento de votos acentúan la batalla electoral en EE UU

Un juez de Florida rechaza el intento de Gore de ampliar el plazo límite del escrutinio

Un juez nombrado por los demócratas detonó ayer una bomba política en la campaña del vicepresidente, Al Gore, al denegarle una petición para extender el plazo de recuento manual de votos en Florida, que puede costarle la Casa Blanca. El magistrado Terry Lewis se lavó las manos de esa reponsabilidad histórica y se la devolvió a la secretaria de Estado, Katherine Harris, partidaria de George Bush, ordenándola que ejerciera la discrecionalidad para alargar plazos. Harris mantuvo el plazo de las cinco de la tarde (once de la noche en España) sin comprometerse a aceptar los resultados posteriores....

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Un juez nombrado por los demócratas detonó ayer una bomba política en la campaña del vicepresidente, Al Gore, al denegarle una petición para extender el plazo de recuento manual de votos en Florida, que puede costarle la Casa Blanca. El magistrado Terry Lewis se lavó las manos de esa reponsabilidad histórica y se la devolvió a la secretaria de Estado, Katherine Harris, partidaria de George Bush, ordenándola que ejerciera la discrecionalidad para alargar plazos. Harris mantuvo el plazo de las cinco de la tarde (once de la noche en España) sin comprometerse a aceptar los resultados posteriores.

Todos los condados entregaron el cómputo semifinal, pero al menos dos retomarán el recuento manual hoy. Los demócratas, desconcertados por la que creían una batalla ganada, apelaron al Tribunal Supremo de Florida y los republicanos apelaron a los tribunales federales. La presidencia de Estados Unidos está ahora a medias entre los jueces o la secretaria Harris. Los sufragios del pueblo están en un segundo plano.Evitando dar la impresión de que quería abusar de su discrecionalidad, la secretaria de Estado hizo una ambigua declaración diciendo que "usaría su discrecionalidad para determinar si los tres condados que habían pedido tiempo adicional para completar un recuento manual merecen una emmienda, según las razones que esgrimieran". En otras palabras, les advirtió que más vale que justificaran la petición o los excluiría. Y les dio de plazo hasta la tarde de hoy para enviar por escrito sus argumentos. Si estos no son poderosos, Florida convertirá en definitivos los datos que facilitó Harris. La secretaria de Estado reveló que la cifra oficial que separa a ambos candidatos es de sólo 300 votos a favor de Bush (2.910.492 para el candidato republicano y 2.910.192 para el demócrata) y dió a entender que esperaría hasta el viernes, como máximo, en que se reciben los votos por correo, para hacer la certificación oficial del estado de Florida.

La sorprendente decisión de Harris provocó más confusión a abogados, políticos y la ciudadanía en general. ¿Se trataba de una nueva táctica para desorientar al enemigo o de un sincero mea culpa, admitiendo implícitamente que había actuado a favor de su partido? Por si acaso acabara rechazando las peticiones de recuento, excluyendo con ello más de un millón de votos que le darían la victoria automática a Bush, tres condados entregaron resultados provisionales y un cuarto, Volusia, entregó los defiitivos. Los condados de Palm Beach y Miami Dade proseguirán hoy con los recuentos manuales, aunque los republicanos volvieron a apelar a nivel federal y local para bloquerlos.

En su dictamen salomónico, el juez Lewis abrió también la puerta a los demócratas para que recurrieran a una instancia superior y al mismo tiempo pudieran proseguir con las demandas locales en pro de los recuentos. El fallo no obstante dejó en suspenso parte de las demandas de uno y otro partido que hasta ayer se entrecruzaban en los tribunales de Florida, y detuvo inmediatamente todos los recuentos manuales en tres condados. Miami-Dade fue el único que siguió contando.

Mientras republicanos y demócratas dirimían su disputa con el arbitraje judicial, los ciudadanos de Palm Beach afectados por la papeleta mariposa montaron en cólera asegurando que la guerra no se había acabado. Y centenares de norteamericanos a ambos lados del espectro político expresaban sus dudas sobre la legitimidad del futuro presidente.

Si la decisión de Harris prevalece y si, como se anticipa, los votos por correo que se contabilizarán el viernes favorecen al partido republicano, George Walker Bush será el 43º presidente de Estados Unidos con el escrutinio incompleto de los sufragios de Florida, el Estado que le había prometido su hermano y gobernador del Estado, Jeb Bush, al principio de la campaña.

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Tribunal Supremo

Su victoria pende del hilo de los inesperados giros que todavía pueden darse en los tribunales. En teoría, la última palabra la tiene ahora el Tribunal Supremo de Florida, a menos que prospere el recurso los republicanos anunciaron ayer a última hora que interpondrían apelando la decisión del juez Donald Middlebrooks en al que desestimó su petición de bloquear todos los recuentos.Los republicanos optaron ayer por el silencio, tras la decisión del juez Lewis, con excepción de una propuesta del ex secretario de Estado Baker ofreciendo un acuerdo bipartidista de retirar todas las demandas, con la condición de que los demócratas cumplieran el plazo de ayer. Los demócratas calificaron la oferta como un acto de "relaciones públicas" y respondieron con un rotundo no. Todo queda en el limbo, como estaba al día siguiente de la elección.

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