Barcelona reclama sedes oficiales

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La concentración de ministros en Sitges sirvió en bandeja al alcalde de Barcelona, Joan Clos, la ocasión para arrancar sonoros aplausos de lo más florido del empresariado catalán cuando pidió abiertamente al Gobierno que traslade a Barcelona las sedes del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones."Antes, Madrid era el centro de la Administración y Barcelona, el de la industria. Las cosas han cambiado y me alegro de la prosperidad de Madrid. ¡Quiero sedes españolas en Barcelona!", exclamó el alcalde.

Pero las sedes no bastarían para que el Gobierno respondiera al "cariño político" y al esquema de "bicapitalidad" en España reclamados por Clos durante un rifirrafe -cordial- con la también catalana ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés.

El alcalde socialista lamentó que, en paralelo a los esfuerzos de la ciudad por despegar en la nueva economía, el Gobierno discrimine a Barcelona respecto a la capital española en materia de inversiones. Las cruces de Barcelona en cuestión de infraestructuras, y donde Clos ve agravios comparativos en la financiación,son tres: la ampliación del aeropuerto, el tren de alta velocidad y el transporte público.

A título de ejemplo, el alcalde sacó a colación los 500.000 millones de pesetas previstos de inversión para Barajas -que se cerrará en el año 2015, cuando esté listo el aeropuerto de Campo Real-, mientras que el presupuesto para El Prat apenas supera los 100.000 millones. "Y si no llega suficiente financiación, al menos pediría una desregulación suficiente en las infraestructuras", dijo Clos.

Birulés contraatacó recordando que el deseado espejo tecnológico -el californiano Silicon Valley, cuna de la nueva economía- prosperó por su cuenta, sin apoyos del Gobierno, aunque también ha sido terreno abonado de la industria militar norteamericana. Y replicó Clos: "Me lo temía. Me temía que diría que Silicon Valley se lo hizo solo. Los catalanes, que se espabilen solos".