Esplendor y decadencia

Medio centenar de especialistas publican en tres tomos 'Historia del Reino de Granada'

Al Reino de Granada lo borró del mapa un motrileño. Se llamaba Javier de Burgos y en 1833 recibió el encargo de realizar la división político-administrativa de España. Hasta ese momento, había existido el Reino de Granada, igual que el Reino de Murcia. Ambos conceptos fueron sustituidos por los de las provincias de Granada y de Murcia. Éste es uno de los hechos que revelan los tres tomos de Historia del Reino de Granada, una obra escrita por más de medio centenar de expertos y coordinada por el...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Medio centenar de especialistas publican en tres tomos 'Historia del Reino de Granada'

Más información

Al Reino de Granada lo borró del mapa un motrileño. Se llamaba Javier de Burgos y en 1833 recibió el encargo de realizar la división político-administrativa de España. Hasta ese momento, había existido el Reino de Granada, igual que el Reino de Murcia. Ambos conceptos fueron sustituidos por los de las provincias de Granada y de Murcia. Éste es uno de los hechos que revelan los tres tomos de Historia del Reino de Granada, una obra escrita por más de medio centenar de expertos y coordinada por el director de la editorial de la Universidad de Granada, Manuel Barrios."Hasta ahora, no había existido una obra de estas características sobre la parte oriental de Andalucía", explica. "Ha sido un trabajo duro y hecho en un tiempo récord: apenas un año. Y, sobre todo, muy bien documentado".

Historia del Reino de Granada se divide en los tomos De los orígenes hasta la época mudéjar (Hasta 1502), La época morisca y la repoblación (1502-1630) y Del siglo de la crisis al fin del Antiguo Régimen (1630-1833). A lo largo de sus páginas va descubriéndose todo el proceso de decadencia granadina, que pasó de ser la joya que ambicionaban los Reyes Católicos a una de las últimas provincias españolas en cuanto a renta per cápita.

"Se pasó de Granada como capitalidad de un reino a no existir reino", dice Barrios, profesor titular de Historia Moderna en el Departamento de Historia Moderna y de América de la Universidad de Granada. "Hubo un momento crucial en la ciudad, que fue la expulsión de los más de 100.000 moriscos que había. Se produjo un bajón demográfico muy importante del que, por ejemplo, el Albaicín no llegó a recuperarse jamás.Mover a 100.000 personas en aquella época fue una atrocidad".

Tal expulsión, ordenada por Felipe II al final del siglo XVI, hizo necesaria una inmediata repoblación. Al objeto de incentivarla, la Corona decidió arrendar temporalmente parcelas de la Vega de Granada a los nuevos pobladores o cederlas a cambio de un censo perpetuo, es decir, a personas que se establecieran en Granada para el resto de su vida. "Los arrendatarios temporales se convirtieron en unos depredadores", señala Barrios, "porque lo único que hacían era explotar las tierras al máximo, sin cuidarlas, y luego marcharse. Eso generó una polémica muy dura".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Granada había sido una ciudad muy importante. "La segunda de España en tamaño, después de Sevilla", explica el coordinador de la edición. "En su tiempo, Madrid era un villorrio que Felipe II impulsó. A partir de aquel momento, Sevilla se quedó estancada y Granada entró en una gran fase de decadencia".

El reino, que había brillado con todo su esplendor durante la época de Al-Ándalus, sufrió entonces su momento más traumático, que se agudizaría en el siglo XVII, conocido como el siglo de la crisis debido al declive también del imperio español. Sólo muy pocas tradiciones -la artesanía, los modos de riego- se mantuvieron por los moriscos que se convirtieron al cristianismo. "Y es en esa época", afirma Manuel Barrios, "cuando surgen los recelos y los tópicos sobre el llamado moro".

Historia del Reino de Granada también echa por tierra viejos mitos, como el de que Carlos V había proyectado convertir a Granada en la capital de su imperio. "Carlos V quiso vincular su figura a la de Granada porque allí estaban enterrados sus padres y sus abuelos, pero no hay razón para la idea de la capitalidad. El lugar no era idóneo: Granada era una ciudad muy excéntrica, y además, la política internacional no tenía su centro de gravedad en Granada", dice Barrios.

Para el catedrático, el mejor momento de la ciudad fue durante la época morisca. "Ahí es cuando el reino de Granada, aunque dominado por los vencedores, es pleno, porque hay una población musulmana muy rica. Cierto es también que muchos vencedores no pudieron entender que no hubiese botín de guerra tras la firma de las capitulaciones y la rendición de la ciudad".

La decadencia fue acentuándose con el paso del tiempo, pese a la llegada de nuevos cultivos procedentes de América, como la caña de azúcar o el maíz. Después de que en el siglo XVIII se creara oficialmente el término de "España" que dejaba sin valor político el concepto de los antiguos reinos, Granada sucumbió como tal en 1833 de la mano de un granadino, el motrileño Javier de Burgos.

Archivado En