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El ombligo de Britney Spears

El último icono musical preadolescente se llama Britney Spears, tiene 18 años, es multimillonaria, ha ganado multitud de premios y su imagen ha permitido que los papás que acompañan a sus retoños a los conciertos no quiten los ojos del escenario. Seguramente no será por cuestiones puramente musicales, sino porque ellos también quieren tener opinión formada sobre el físico de la norteamericana. Esta noche Britney actúa en Barcelona, en el Palau Sant Jordi (entre 4.000 y 4.700 pesetas), en la única cita en España de este producto artístico que genera encontradas pasiones. Dos grupos para el públ...

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El último icono musical preadolescente se llama Britney Spears, tiene 18 años, es multimillonaria, ha ganado multitud de premios y su imagen ha permitido que los papás que acompañan a sus retoños a los conciertos no quiten los ojos del escenario. Seguramente no será por cuestiones puramente musicales, sino porque ellos también quieren tener opinión formada sobre el físico de la norteamericana. Esta noche Britney actúa en Barcelona, en el Palau Sant Jordi (entre 4.000 y 4.700 pesetas), en la única cita en España de este producto artístico que genera encontradas pasiones. Dos grupos para el público del Canal Disney, Sister to Sister y Boyzs and Girls, calentarán el ambiente entre las 18.00 y las 20.30 horas, momento en que está previsto inicie su actuación la estrella de la noche. A partir de ese momento, la dueña del ombligo más aireado del planeta ofrecerá un espectáculo lleno de recursos visuales, estructuras que se elevan por medio de sistemas hidráulicos, fuegos artificiales, bailarines y música para perder de vista los problemas. La estrella, que ayer ya durmió en el hotel Ars, se cambia unas doce veces de vestuario y se atreve con una versión de Satisfaction, de los Stones, se supone para hacer un guiño generacional a los papás. Lo curioso del caso es que, pese a su popularidad, el público de Barcelona está respondiendo con cierta tibieza a sus cantos de sirena, y el Sant Jordi quedará bastante lejos del lleno; pero ya se sabe, mañana toca colegio y el domingo no es la mejor noche de la semana para alterarse.-

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