La Oficina de Ciencia y Tecnología de la Generalitat carece de dirección cinco meses después de su creación. Grisolía recuerda que "no estamos mejor que España" en gasto en I+D

El Gobierno y el Consell, sustentados sobre sendas mayorías absolutas del PP, han cantado durante los últimos meses las excelencias de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). El Gobierno central instituyó un Ministerio de Ciencia y Tecnología y Eduardo Zaplana, en paralelo, creó el pasado mes de mayo una oficina del ramo adscrita a la Presidencia de la Generalitat. Pero cinco meses después de su creación, la nueva instancia carece de cabeza visible y se mantiene sobre el organigrama de la subsecretaría para la Modernización de la Administración Pública.Eduardo Zaplana presidió ayer l...

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Primeros borradores

El Gobierno y el Consell, sustentados sobre sendas mayorías absolutas del PP, han cantado durante los últimos meses las excelencias de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). El Gobierno central instituyó un Ministerio de Ciencia y Tecnología y Eduardo Zaplana, en paralelo, creó el pasado mes de mayo una oficina del ramo adscrita a la Presidencia de la Generalitat. Pero cinco meses después de su creación, la nueva instancia carece de cabeza visible y se mantiene sobre el organigrama de la subsecretaría para la Modernización de la Administración Pública.Eduardo Zaplana presidió ayer la reunión anual del denominado Alto Consejo Consultivo en Investigación y Desarrollo, un órgano creado en 1998 y compuesto por representantes del Consell y personas distinguidas con los Premios Jaume I que concede la Generalitat como reconocimiento al mérito científico o académico. El escenario escogido para el encuentro fue el futurista Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia, aún en construcción.El presidente aprovechó la ocasión para reiterar su apuesta por la necesidad de impulsar políticas de innovación y recordó que tanto el Gobierno como el Consell han bautizado la actual legislatura como la del I+D. Zaplana citó la creación de la oficina de Ciencia y Tecnología y explicó: "Queremos que con este gesto se reconozca la importancia que le damos en esta legislatura a las políticas de investigación". Hasta la fecha, el gesto en cuestión ha supuesto desgajar la subsecretaría para la Modernización de las Administraciones Públicas y adscribirla a la Presidencia de la Generalitat. Fuentes de la Generalitat sugieren que Zaplana quiere encomendar el cargo a algún profesional de reconocido prestigio. Pero cinco meses después de su institución, no parece haber dado con la persona adecuada y la nueva oficina carece todavía de un máximo responsable.

En una breve alocución, Zaplana vaticinó que el plan valenciano de I+D, "muy adelantado", se presentará "pronto". Recordó su intervención en la inauguración del curso académico en la Universidad Politécnica de Valencia, donde celebró la cooperación entre empresarios y académicos en investigación aplicada. Y sugirió que las entidades financieras podrían participar en el impulso de la investigación.

El supuesto impulso de la Administración valenciana a la investigación y el desarrollo se tradujo en la autorización que la Unión Europea concedió a la Generalitat a principios de este año para que desarrollara millonarias inversiones en la materia. Pero la poderosa iniciativa queda en entredicho cuando la cabeza visible de los nuevos proyectos aún no ha sido designada.

Sin embargo, en una intervención plagada de "ilusiones" y "expectativas" entre alusiones al "marco" que acogía la reunión, Zaplana apuntó avances "de forma eficaz en concienciar al conjunto de la sociedad, y sobre todo al tejido productivo y empresarial, en la necesidad de colaborar en políticas de investigación y renovación tecnológica".

Pero al margen de la difusión de las siglas I+D a través de todo un rosario de gestos, la inversión real para el fomento de la investigación sigue siendo baja. Santiago Grisolía, vicepresidente ejecutivo del alto consejo consultivo, se encargó de recordar que los porcentajes de inversión en investigación con relación al PIB se elevan al 2,6 o 2,7 en Estados Unidos; se sitúan entre el 2,2 y el 2,4 en Francia; mientras que España se mantienen en un 0,9. "En España estamos en un nivel muy bajo en relación con Europa", dijo, "y en la Comunidad Valenciana no estamos mejor que en el resto de España".

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Los primeros borradores del plan de investigación y desarrollo para la Comunidad Valenciana fueron elaborados al margen de las universidades, instituciones que en la actualidad generan cerca del 60% del gasto en investigación en la Comunidad Valenciana. Aquellos borradores apuntaban diversas prioridades de inversión que coincidían, en muchos casos, con iniciativas políticas del Consell en ámbitos como turismo, deportes o servicios. Además, los principales beneficiarios de las ayudas previstas en los primeros proyectos resultaban ser organismos públicos o consejerías.Fuentes de la Universidad destacaron la escasa importancia que el borrador concedía a la investigación básica y expresaron su sorpresa por la importancia que el documento concedía a la modernización de la administración, un sector cuyas tareas difícilmente se pueden asociar con la investigación.

De hecho, la vacante Oficina de Ciencia y Tecnología se limita, hasta el momento, al desarrollo del plan de modernización de la administración que diseñó José Emilio Cervera, ex consejero de Sanidad, cuando era subsecretario de Adminsitración Pública durante la pasada legislatura.

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