Los fondos para ayudar a las viudas del 'Kursk' se dilapidan en burocracia

La carta abierta de Irina Liáchina, viuda del capitán del submarino nuclear Kursk, Guennadi Liachin, cayó como un jarro de agua fría sobre la Administración de Múrmansk y ha tenido el efecto de una bomba entre la población de este puerto y de las bases navales de Severomorsk y Vidiáyevo. Nadie se lo esperaba: Liáchina anunció que dimite como miembro de la comisión provincial encargada de distribuir la ayuda recolectada para las familias de las víctimas ante la indiferencia de ese organismo por las necesidades de los destinatarios, el despilfarro del dinero y su impotencia para impedirlo.
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La carta abierta de Irina Liáchina, viuda del capitán del submarino nuclear Kursk, Guennadi Liachin, cayó como un jarro de agua fría sobre la Administración de Múrmansk y ha tenido el efecto de una bomba entre la población de este puerto y de las bases navales de Severomorsk y Vidiáyevo. Nadie se lo esperaba: Liáchina anunció que dimite como miembro de la comisión provincial encargada de distribuir la ayuda recolectada para las familias de las víctimas ante la indiferencia de ese organismo por las necesidades de los destinatarios, el despilfarro del dinero y su impotencia para impedirlo.

La comisión -que fue creada el 23 de agosto pasado por orden del gobernador de la provincia de Múrmansk, Yuri Yevdokímov- la integran 10 personas, nueve de las cuales son representantes de la Administración provincial y del mando de la Flota del Norte. "Desde un comienzo estaba claro que no se planteaba ayudar a las familias de los tripulantes del Kursk", escribe Liáchina. La viuda denuncia que el dinero se ha gastado en "hacer cartas de agradecimientos en nombre del gobernador de la provincia de Múrmansk dirigidas a las organizaciones, empresas y personas que han ayudado a las familias de los tripulantes" -cada carta salió a un promedio de unas 350 pesetas, lo que es escandaloso para los rusos-; en comprar ejemplares del libro El submarino nuclear Kursk. Crónica de una tragedia, escrito por Oleg Poptsov, lleno de errores, y en otras cosas por el estilo. "Las esposas de los tripulantes del Kursk asistían a las reuniones de la comisión, pero nadie debatía los problemas que ellas planteaban, y mi solitario voto en contra no tenía ninguna influencia en la toma de decisiones", señala Liáchina, que termina su carta abierta agradeciendo "enormemente" a todos los que han enviado contribuciones "no en función de sus cargos, sino respondiendo al dictado de sus corazones".

El gobernador reaccionó de inmediato y se entrevistó ayer con Liáchina. Según Yevdokímov, conversaron y encontraron un lenguaje común en prácticamente todas los aspectos. Ahora espera que la viuda del comandante del Kursk regrese a la comisión. En su conferencia de prensa, Yevdokímov subrayó que las sumas aducidas por Liáchina son mínimas y señaló que la comisión dispone en estos momentos de unos 13 millones de rublos (cerca de 90 millones de pesetas), 266.000 dólares y 2.000 marcas finlandesas.

El submarino nuclear Kursk se hundió en el mar de Bárents el 12 de agosto sin que ninguno de sus 118 tripulantes pudiera salvarse. Ahora el sumergible permanece a poco más de cien metros de profundidad, y aunque la plataforma noruega Regalia de la compañía estadounidense Halliburton entrará hoy en las aguas territoriales de Rusia con el equipo de rescate para tratar de recuperar los cadáveres atrapados en él, crece la polémica en torno a si hay que sacar los restos de los tripulantes o si es mejor dejarlos en paz.

El almirante Vladímir Kuroyédov, nada más llegar ayer a la base naval de Severomorsk para coordinar el rescate, hizo declaraciones que ponen en duda la realización misma de éstas. "Si el análisis de la situación revela la presencia de peligro y demasiado riesgo para los buzos, yo, como comandante en jefe de la Marina, estaré obligado a dar la orden de cancelar la operación", manifestó Kuroyédov. El almirante dio a entender que de todas formas se intentará entrar en el sumergible. En cualquier caso, las operaciones han sido aplazadas hasta la próxima semana, pero para entonces se pronostica una fuerte tormenta, que podrá obligar a suspenderlas.

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