Rodríguez Zapatero propone disminuir el poder del Estado y de los grupos económicos

El PSOE aspira a impulsar mayores cotas de libertad y autonomía personal, de iniciativa y responsabilidad, de igualdad de oportunidades. Para ello, si llega al Gobierno, trabajará por disminuir "el poder y la prepotencia de los grupos económicos y del Estado". Éste es el compromiso que asumió ayer su nuevo líder, José Luis Rodríguez Zapatero, en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI, de Madrid, en la que desgranó su "agenda del cambio". Su idea es que se distingan los intereses de la inmensa mayoría, y, en esa línea, denunció que el PP no delimita bien entre lo público y lo privado....

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El PSOE aspira a impulsar mayores cotas de libertad y autonomía personal, de iniciativa y responsabilidad, de igualdad de oportunidades. Para ello, si llega al Gobierno, trabajará por disminuir "el poder y la prepotencia de los grupos económicos y del Estado". Éste es el compromiso que asumió ayer su nuevo líder, José Luis Rodríguez Zapatero, en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI, de Madrid, en la que desgranó su "agenda del cambio". Su idea es que se distingan los intereses de la inmensa mayoría, y, en esa línea, denunció que el PP no delimita bien entre lo público y lo privado.

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José Luis Rodríguez Zapatero estuvo arropado anoche, en su estreno en el conocido foro político del Club Siglo XXI, por el presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves; por su esposa, Sonsoles Espinosa, y por numerosos miembros de la actual ejecutiva y de la anterior. El ex presidente Felipe González no asistió a su conferencia por encontrarse en Marruecos para, a su vez, pronunciar otra, pero sí estuvo su antecesor al frente del partido, Joaquín Almunia. El líder socialista pudo demostrar así, ante un expectante y abarrotado auditorio, que no tiene complejo alguno para demandar más libertad individual y pedir a los ciudadanos que se pregunten también lo que ellos pueden aportar a la sociedad.La disertación de Zapatero fue escuchada en primera fila por la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, del PP; y el portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias. Entre los ex ministros socialistas se observó especialmente la presencia de Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi. De los seis presidentes autonómicos socialistas sólo faltaron José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. En posición también relevante se aglomeraron embajadores de media docena de países europeos y el secretario general de UGT, Cándido Méndez.

Zapatero abogó, en su exposición, por la igualdad de oportunidades "desde la cuna" para que ningún talento quede desaprovechado y mostró su preocupación por la cohesión social y territorial y la atención a los más desfavorecidos. Sus planteamientos los enfrentó a las fórmulas "neoliberales" y "conservadoras". Y habló siempre desde "la izquierda y el socialismo".

"Reclamamos un nuevo modo de hacer política en el que los burócratas dejen paso a los emprendedores. La izquierda y el socialismo democrático del siglo XXI, el PSOE, trabajarán por disminuir el poder y la prepotencia de los grupos económicos y del Estado. El proyecto socialista será impulsor de mayores cotas de libertad y autonomía personal, de iniciativa y de responsabilidad, de igualdad de oportunidades, pero no sólo en la educación, sino también en la economía", dijo Zapatero.

El problema, según el secretario general del PSOE, no es el mercado, sino "el falso mercado; la concentración de los grupos económicos, que protegen y fomentan este y otros Gobiernos".

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"El socialismo que empezamos a construir será liberal o, si se prefiere, libertario y radicalmente promotor de la igualdad del individuo", aseveró Zapatero.

El líder socialista hizo una referencia al descrédito de la política, alimentado, según su criterio, por la oposición que hizo el PP precisamente a los Gobiernos de González. Aun así, aseguró que no va a caer en la tentación de pagar con la misma moneda a José María Aznar pese a que los datos podrían inducirle a hacerlo.

Pero no quiere hablar de las actuaciones de los populares respecto a grandes sociedades, de sus negociaciones con las empresas eléctricas "o de las vinculaciones de algunos ministros y ex ministros con intereses empresariales, algo que es bien sabido, por lo que es de temer que este Gobierno no tiene clara la diferencia que debe existir entre lo público y lo privado", formulación de la que no pasó.

La educación como puntal para corregir desigualdades sociales, la igualdad en todos los terrenos de hombres y mujeres, la inmigración "como fenómeno y no como problema" y la universalización del derecho a las prestaciones básicas con servicios sociales avanzados fueron otros de los asuntos que desarrolló.

El Estado de las Autonomías se ha consolidado a la vez que las libertades y los pilares sociales del de bienestar, dijo. "Ahora", matizó, "hay que compatibilizar la legítima opción por la diversidad con la prohibición constitucional del privilegio". Así, Zapatero habló de "asimetría" en el desarrollo autonómico, concepto muy apreciado por los nacionalistas, que es posible por cuanto que la Constitución "es sensible a la pluralidad y la diversidad". Pero el secretario general del PSOE insistió en que "los privilegios, y menos aún los económicos", no han de tolerarse.

Zapatero terminó renunciando también a hacer oposición fácil sobre el problema de la inmigración: "Cuando se defienden los derechos de los débiles, perder es inmoral. No podemos perderlo todo. No podemos usar a 50.000 inmigrantes para hacer una barricada moral contra la derecha por darnos el gusto de decir que somos mejores. Esas personas, sus sufrimientos, deben llevarnos a intentar llegar a un acuerdo. Un acuerdo justo, pero un acuerdo".

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