Los populares culpan a los nacionalistas de estar solos por su "traición" de Lizarra

El argumento oficial empleado por el PP para explicar la expulsión del PNV de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC) es que el "sentido común" y la "coherencia" dictan que un partido que no está en su organización de ámbito regional -en este caso la europea- no puede pertenecer a esta entidad en la escena internacional. Ésas fueron las justificaciones formales que dio ayer en Santiago de Chile Javier Arenas, jefe de la delegación española del PP, actualmente una de las formaciones más importantes e influyentes de la IDC. Pero junto a estas palabras oficiales, nadie oculta en el PP su "aleg...

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El argumento oficial empleado por el PP para explicar la expulsión del PNV de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC) es que el "sentido común" y la "coherencia" dictan que un partido que no está en su organización de ámbito regional -en este caso la europea- no puede pertenecer a esta entidad en la escena internacional. Ésas fueron las justificaciones formales que dio ayer en Santiago de Chile Javier Arenas, jefe de la delegación española del PP, actualmente una de las formaciones más importantes e influyentes de la IDC. Pero junto a estas palabras oficiales, nadie oculta en el PP su "alegría", como admitió el propio Arenas, porque el PNV no tenga ya "ningún respaldo a sus políticas y a sus estrategias en el ámbito internacional" o porque "en el mundo ya nadie entiende" sus pactos "con los amigos de ETA, ni tampoco su ausencia de beligerancia frente al terrorismo".El secretario de Relaciones Internacionales del PP, José María Robles Fraga, lo confesó más claro: "El PNV se ha quedado solo en el mundo". Robles Fraga agregó que el propio PNV es culpable de su autoexclusión "porque tenía firmado con ETA el Pacto de Lizarra, que le impedía tener lazos con el resto de partidos españoles" y por el que había "cometido una gran traición con los democratacristianos de todo el mundo".

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Robles Fraga ha sido estos días, según fuentes de las delegaciones del PNV y de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), uno de los dirigentes del PP que más han maniobrado, junto a Alejandro Agad, secretario general del PPE, para forzar el cambio de los estatutos de la IDC que han permitido la expulsión de los nacionalistas vascos.

Fuentes del PNV y de UDC señalaron que miembros de delegaciones de otros países (citaron México, Venezuela, Uruguay e Italia) se les acercaron durante la convención para avisarles de las presiones de los populares españoles. Pero estas delegaciones, al igual que UDC, acabaron por refrendar un cambio estatutario global -mucho más amplio que el artículo 5 que afectaba al PNV-, ya que, a la postre, es probable que les beneficie en sus respectivos ámbitos regionales.

Según fuentes próximas al PNV y a UDC, Agad, ex asesor de Aznar en La Moncloa y ahora ascendido en la IDC, intentó impedir que llegase a votación en pleno una enmienda de los nacionalistas catalanes para que la modificación estatutaria que forzaba la expulsión de sus compañeros vascos no tuviese efectos retroactivos, sino que se aplicase a partir de ahora. Unió, pese a las presiones, mantuvo la enmienda, que fue votada antes de la modificación general de los estatutos. Tras su debate en pleno, la enmienda de UDC, partido que dirige Josep Antoni Duran Lleida, fue derrotada por 104 votos en contra y 28 a favor. Después se votó el cambio de estatutos: 125 votos a favor y nueve en contra.

Los nacionalistas vascos y catalanes también se vieron sorprendidos por la salva de aplausos que los populares españoles dedicaron al presidente de Colombia, Andrés Pastrana, cuando en su discurso apostó por el diálogo con la guerrilla colombiana para lograr la paz. El PP argumentó luego que en Colombia no existe ningún partido que arrope a la guerrilla y menos aún que esté en la IDC.

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