Los incidentes oscurecen el debate económico mundial

Los disturbios y la polémica que han envuelto la 55 asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial en Praga han oscurecido durante estos días los debates en profundidad sobre la economía mundial y los mecanismos para mantener el crecimiento y la estabilidad, objetivos iniciales de la reunión, según admitió ayer Horst Köhler en su discurso final."Vinimos a Praga", dijo el director gerente del FMI, que sólo lleva cinco meses en el cargo, "para deliberar en profundidad sobre problemas cruciales para la economía mundial. Pero desafortunadamente, estos días han estado marcados...

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Los disturbios y la polémica que han envuelto la 55 asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial en Praga han oscurecido durante estos días los debates en profundidad sobre la economía mundial y los mecanismos para mantener el crecimiento y la estabilidad, objetivos iniciales de la reunión, según admitió ayer Horst Köhler en su discurso final."Vinimos a Praga", dijo el director gerente del FMI, que sólo lleva cinco meses en el cargo, "para deliberar en profundidad sobre problemas cruciales para la economía mundial. Pero desafortunadamente, estos días han estado marcados por el comportamiento violento y destructivo de unos pocos".

Köhler afirmó, de todas maneras, que parte de sus planes seguían adelante. Los 182 países miembros aprobaron sus proyectos de reformar el FMI para limitar su papel, aseguró. En lugar de tratar de controlar todos los capítulos económicos de los gobiernos que solicitan ayuda, dijo el director, el FMI debería limitarse a controlar la inflación, el déficit fiscal y los tipos de cambio.

La cumbre de los países más ricos, agrupados en el G-7, cuyos ministros de Finanzas se reunieron el fin de semana pasado en Praga en paralelo a la asamblea del FMI y del Banco para discutir los precios del petróleo y la debilidad del euro, también contribuyó a oscurecer los debates de ambos organismos.

Por su parte, los 182 países accionistas-propietarios del Banco Mundial, controlado por Estados Unidos y la Unión Europea, acordaron intensificar los esfuerzos para aliviar la pobreza en el mundo, paliar los efectos devastadores del sida, especialmente en África, y llevar la revolución de Internet y los beneficios de la globalización a los más pobres.

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