Román Gubern afirma que el cine español sigue teniendo una de las cuotas de pantalla más bajas de Europa

El cine español, que en los últimos años parecía haber conquistado una importante parcela entre las preferencias de su propio público, ha acusado este año una reducción de la cuota de pantalla -del 14% del año pasado al 9% el actual-, que le sitúa en una de las más bajas del cine europeo y revela que su limitada difusión es una de las deficiencias estructurales del sector. Así lo señala el profesor de Historia del Cine de la Universidad Autónoma de Barcelona, Román Gubern, que participa en San Sebastián en el curso de verano sobre la tradición literaria en el cine español.La falta de una o do...

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El cine español, que en los últimos años parecía haber conquistado una importante parcela entre las preferencias de su propio público, ha acusado este año una reducción de la cuota de pantalla -del 14% del año pasado al 9% el actual-, que le sitúa en una de las más bajas del cine europeo y revela que su limitada difusión es una de las deficiencias estructurales del sector. Así lo señala el profesor de Historia del Cine de la Universidad Autónoma de Barcelona, Román Gubern, que participa en San Sebastián en el curso de verano sobre la tradición literaria en el cine español.La falta de una o dos películas boom que conectan con las preferencias del público, como ocurrió el año pasado con "Todo sobre mi madre" de Pedro Almodóvar y "Solas" de Benito Zambrano, ha sido la razón de este descenso, que se produce cuando los espectadores habían dejado de dar la espalda al cine español.

Según el autor de libros como La historia del Cine y de Cien años de Cine, muchas de las películas españolas que han tenido éxito en los últimos cinco años han sido apreciadas por el gran público, pero han sido "miméticas" de los dos grandes géneros internacionales, la comedia y el triler, y han perdido el caracter de autor. "Son películas internacionales, que podrían transcurrir en Toronto, Buenos Aires o París, pero poco identitarias", explica Román Gubern. Se trata de "un tipo de cine más apátrida, poco personalizado y poco caracterizado, que no llama la atención en un festival internacional", lo que explicaría la ausencia de filmes españoles en certámenes como Cannes o Venecia.

Entre el grueso de los cineastas actuales caracterizados por una uniformidad cosmopolita, existen algunas excepciones que, a juicio de Gubern, enraizan en la propia cultura española, como en su día lo hicieron Buñuel o Berlanga: serían las obras cinematográficas de Iciar Bollain y de Julio Medem, cuyo cine de autor conecta a una cultura propia. Junto a ellos, y con carácter excepcional, destaca a Almodóvar. Su lenguaje cinematográfico es, a juicio de Gubern, "muy español". "Lo que hace es reelaborar tradiciones como el sainete, el esperpento o el humor negro, que son muy nuestros, y da una versión posmoderna de todo. Se trata de un director que ha creado un mundo personal, reconocible y diferenciable".

El cine español es, entre los europeos, uno de los que más ha dependido de la literatura. Según el profesor de la Historia de Cine, la falta de ideas originales y un dinámico mercado literario han motivado la necesidad de recurrir a textos ya escritos. En la larga etapa franquista la adaptación de un libro que ya había pasado la censura constituía una garantía de poder trabajar con la historia. Hoy en día se siguen realizado numerosas adaptaciones literarias, aunque los autores suelen quedar muy descontentos. Gubern cuenta que Juan Marsé, uno de los escritores más llevados a la pantalla, le reconocía recientemente que el único guión que había apreciado es el realizado por Victor Erice de El embrujo de Shangai, pero que no se va a filmar por un desencuentro con el productor.

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