Tribuna:

La rentrée

A una semana del retorno de la casi normalidad laboral y política, el señor Arzalluz ha enviado a las tinieblas excrementales al representante del PP en Euskadi, señor Iturgaiz, y algunos socialistas han llamado franquista a Arzalluz, acusación arriesgada habida cuenta de que Arzalluz considera que una parte importante del PP es o franquista o, en el mejor de los casos, postfranquista. Tras el último atentado de ETA se emplazaron contactos entre los partidos políticos a ver si reanimaban el cadáver, es una metáfora, de algún espíritu consensuador, por ejemplo el de Ermua; pero ha ocurri...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A una semana del retorno de la casi normalidad laboral y política, el señor Arzalluz ha enviado a las tinieblas excrementales al representante del PP en Euskadi, señor Iturgaiz, y algunos socialistas han llamado franquista a Arzalluz, acusación arriesgada habida cuenta de que Arzalluz considera que una parte importante del PP es o franquista o, en el mejor de los casos, postfranquista. Tras el último atentado de ETA se emplazaron contactos entre los partidos políticos a ver si reanimaban el cadáver, es una metáfora, de algún espíritu consensuador, por ejemplo el de Ermua; pero ha ocurrido lo normal en los últimos tiempos, y es que en la semana previa a la reunión se insulten los emplazados y luego cuando se encuentran ya no les queda cara ni para la fotografía. Se está haciendo política pública y privada al borde del abismo.Para la lógica interna de una política agresiva, en la que no parece posible el paso atrás, sólo tengo cuatro explicaciones, y empezaré por las dos más politólogas: o que el PP y los abertzales sean conscientes de que ha empezado un divorcio que no remedia ya ni el PNV y salga el sol por Antequera o que necesiten medir fuerzas para plantear otra vez la posibilidad de una negociación.

La tercera explicación sería orgánica, en el sentido unamuniano, porque ya es sabido que Unamuno percibió que los españoles nos regimos por órganos y tanto se les han hinchado los órganos a unos y a otros que nada escapa a la pulsión orgánica. Y la cuarta es la más posible, pero se parece al cuento de la lechera. Me explicaré. Agravados en Euskadi los factores de divorcio social y el cansancio por la tensión nacionalista, el PP opone una tensión equivalente para convertir el cansancio social en victoria de los populares en unas elecciones anticipadas. De producirse esas elecciones y perderlas el PNV, tendríamos un lehendakari popular o socialista y el abertzalismo perdería fuerza institucional explícita o implícita. Con esa pérdida de fuerza nos compraríamos un parque temático para el independentismo radical y con los beneficios podríamos adquirir una isla misteriosa y...

Archivado En