Tribuna:

Yo, Sanus

Perfecto imitador de González, Sanus ha decidido quemar el chiringuito antes de ver ocupada la alcaldía de Alcoy por un compañero o compañera de partido. Después de 21 años de alcalde, abandona el Ayuntamiento por la puerta de atrás, después de haber enfrentado a su partido con buena parte del electorado socialista, roto en mil pedazos el pacto de la izquierda municipal, y escenificado un sorprendente idilio con el líder del PP local, con cuyos votos ha gobernado en los últimos meses. Y dicen que es uno de los barones que personalizan la renovación del PSPV.Más que el norte, Sanus ha perdido l...

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Perfecto imitador de González, Sanus ha decidido quemar el chiringuito antes de ver ocupada la alcaldía de Alcoy por un compañero o compañera de partido. Después de 21 años de alcalde, abandona el Ayuntamiento por la puerta de atrás, después de haber enfrentado a su partido con buena parte del electorado socialista, roto en mil pedazos el pacto de la izquierda municipal, y escenificado un sorprendente idilio con el líder del PP local, con cuyos votos ha gobernado en los últimos meses. Y dicen que es uno de los barones que personalizan la renovación del PSPV.Más que el norte, Sanus ha perdido la brújula. Que estaba cansado de ser alcalde era más que evidente. Que no soportó perder la mayoría absoluta, una realidad palpable. Tras los últimos comicios locales, EU y NE le entregaron su confianza para frenar el avance de la derecha a cambio de hacer política de izquierda y compartir la vara de mando. A lo primero, el carismático alcalde alcoyano respondió con la privatización del transporte público, el nombramiento de un ministro del PP como hijo adoptivo de la ciudad y más privatizaciones. A lo segundo, con la dimisión, que además ayer hizo efectiva ante el pleno (ante el pueblo) por poderes. No asistió por motivos personales. Estaba en Valencia, despidiéndose de Zaplana, entre otros.

Con éstas, y pese a ello, la izquierda intenta recuperar el pacto y ha vuelto a lanzar oferta de matrimonio a la novia, aunque ciertamente con alguna propuesta descabellada, como la de hacer alcalde al cabeza de la lista menos votada. Pero el PSPV, partido que todavía controla Sanus, rechaza en principio un cambio de pareja. No se deja querer, y abandera una vieja estrategia que huele a rancio: o me votas o perdemos todos. Y sin diálogo.

Así, han conseguido que la pelota esté ahora en el tejado de EU y NE, a los que se intenta responsabilizar de una hipotética llegada del PP al poder. A tres días vista de la elección del nuevo alcalde no hay acuerdo, y Miguel Peralta se presenta como virtual ganador. Misión cumplida.

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