Procesión obligada
El pasado jueves, 21 de julio, cuando volvía en coche de mi trabajo a casa, alrededor de las dos de la tarde, me encontré con el proceso de construcción nacional en marcha. Al atravesar el centro de Guecho me vi detenido y obligado a seguir en caravana el paso de una manifestación protagonizada por los defensores de los presos etarras.Tras un rato de procesión obligada, dos motoristas de la policía municipal nos adelantaron y un vehículo de la misma policía no solicitó el paso. Amablemente, y en cumplimiento de la ley, los pacientes automovilistas se lo cedimos, creyendo que su interven...
El pasado jueves, 21 de julio, cuando volvía en coche de mi trabajo a casa, alrededor de las dos de la tarde, me encontré con el proceso de construcción nacional en marcha. Al atravesar el centro de Guecho me vi detenido y obligado a seguir en caravana el paso de una manifestación protagonizada por los defensores de los presos etarras.Tras un rato de procesión obligada, dos motoristas de la policía municipal nos adelantaron y un vehículo de la misma policía no solicitó el paso. Amablemente, y en cumplimiento de la ley, los pacientes automovilistas se lo cedimos, creyendo que su intervención solucionaría el contencioso entre los parsimoniosos pro-etarras y los inmovilizados ciudadanos. Pero no, los motoristas desaparecieron y el vehículo policial se limitó a situarse a la cabeza de la caravana, al parecer para evitar que algún españolista incontrolado embistiese la cola de los manifestantes boicoteando así el ilusionante desfile nacionalista.- José Martín Álvarez.Guecho.