Entrevista:TOUR 2000 21ª y última etapaJoseba Beloki Corredor del Festina

"Para ganar un Tour hay que estar sobrado"

Joseba Beloki se considera un corredor de la nueva generación, pero no más que otros. No más que Haimar Zubeldia, su apuesta de futuro. Y muy lejos de Armstrong, Ullrich o Pantani. Sólo ciclistas como ellos, dice, pueden ganar el Tour. Los demás, entre los que se incluye, forman "el relleno".Pregunta. En diez días ha pasado de ser uno más a entrar en la élite. ¿Cómo se ve el mundo desde el podio?

Respuesta. Bien. A mí me ha pasado todo de golpe. Venía aquí a estar y aprender, y mira dónde estoy. Todo esto es un sueño. Me ha pillado de sorpresa.

P. Pero no se ...

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Joseba Beloki se considera un corredor de la nueva generación, pero no más que otros. No más que Haimar Zubeldia, su apuesta de futuro. Y muy lejos de Armstrong, Ullrich o Pantani. Sólo ciclistas como ellos, dice, pueden ganar el Tour. Los demás, entre los que se incluye, forman "el relleno".Pregunta. En diez días ha pasado de ser uno más a entrar en la élite. ¿Cómo se ve el mundo desde el podio?

Respuesta. Bien. A mí me ha pasado todo de golpe. Venía aquí a estar y aprender, y mira dónde estoy. Todo esto es un sueño. Me ha pillado de sorpresa.

P. Pero no se trata de suerte, como si le hubiera tocado la lotería.

R. No, pero ahora mismo todavía no he analizado los porqués. Pueden influir un montón de factores. En mi calendario no había preparado del todo el Tour. En junio ya estaba bastante fuerte. Pero llego aquí y mira dónde acabo. Una sorpresa total.

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P. Muchos ya creían de antemano en sus posibilidades.

R. Sí, si viendo como iba en la montaña también podía intuir algo. El Tour se decide en la montaña. Si en los días de montaña estás delante, puedes hacer un buen Tour. Pero de ahí a esto... Además, en la primera semana tuve que tirar para Marcel Wust. No pensábamos en esto.

P. Responde al prototipo de Induráin en el sentido de subir a ritmo, de defenderse en la montaña y ser bueno en contrarreloj. ¿Cómo se definiría?

R. En montaña voy bien y me defiendo en contrarreloj. Pero quizás un poco mejor en montaña. Me gustan sobre todo las cronoescaladas largas. Soy un diesel, como Ullrich.

P. Este año se ha preparado especialmente para la contrarreloj larga del Tour. ¿Cómo se entrena? ¿Sigue los métodos modernos?

R. No soy metódico. Sí utilizo mucho el pulsómetro y sé cómo va mi corazón. Además, me desenvuelvo bien con lo que me ayuda el médico del equipo, Eduardo González Salvador, y los datos que tengo apuntados de estos años. Pero me gusta más competir para ponerme a punto que eso de entrenar. Me gusta machacarme entrenando, pero no me gustan las series. Soy bastante antiguo en ese sentido. No soy ni Armstrong ni Olano. Quizás tendría que aprender de ellos.

P. No sólo debuta en el Tour, sino en una ronda de tres semanas. ¿Cómo se las ha arreglado?

R. Como no tenía ninguna referencia de años anteriores, he tenido que ir día a día. Me ha ayudado mucho esa mentalidad. Estoy contento con lo que he hecho.

P. ¿Ha tenido miedo a hacer crack algún día?

R. No. Sí ha habido días en que he llegado cansado, pero en las etapas de montaña no me he encontrado físicamente mal.

P. Quizá se le echa de menos un poco más de atrevimiento.

R. Una vez que estás delante en la general, cada día es una eliminación. Hay una regla que he aprendido en la primaera semana: toda la gente importante aparecía en los últimos diez kilómetros para no cortarse y el resto de la etapa estaba arropado por el equipo. Y aquí gana el que menos duros gasta. Entonces, si haces un alarde lo acabas sufriendo. El día del Ventoux estuve a punto de atacar a falta de diez kilómetros. Si ese día no llevo la radio y me para Juan Fernández, mi director, seguro que estaría perdido en la general. Porque me habrían cogido, me habrían reventado. Seguro.

P. Pero el año que viene será más prisionero de este Tour. No podrá permitirse hacerlo mucho peor.

R. Eso le ha ocurrido a Casero . Todo lo que sea mejorar, bien, pero como vayas para atrás... También le ha pasado a Pantani. Yo estoy tranquilo porque nadie me exige. ¿El año que viene? Ya veremos.

P. ¿Ha superado su miedo a fallar?

R. El Tour es una carrera muy diferente a todas. No sé cómo serán el Giro y la Vuelta, pero el Tour... La gente ya me conoce y eso me hace ilusión. Aunque estoy un poco fuera de sitio. Vine aquí y muchos decían: '¿Beloki? ¿Quién es Beloki?' Ahora dicen: Beloki, el tercero.

P. Los últimos precedentes de un debutante en el podio son Pantani y Ullrich. El Tour elige a quienes son buenos.

R. He demostrado que puedo estar bien en carreras de tres semanas.

P. ¿Le asusta la urgencia que existe en España por encontrar a alguien que pueda ganarlo?

R. Sí claro. El Tour es un coto cerrado. No es lo mismo el caso mío, de Heras, Beltrán, Mancebo... Para ganar un Tour hay que estar sobrado. Como estuvo Armstrong la primera semana, como Ullrich en su momento, Pantani... Lo demás es el relleno.

P. Aunque ya tiene casi 27 años, es joven como profesional. ¿Se puede pensar que su madurez queda por llegar?

R. Espero que sí. Me he sorprendido a mí mismo. Para mí, en los dos últimos años andaba bastante bien. Pero de ahí a esto de ahora... No me lo había planteado nunca.

P. ¿Tiene esta nueva generación celosos a los viejos, Escartín, Olano?

R. No. Ya me gustaría hacer la temporada de Olano.

P. Pero el relevo generacional se ha producido de golpe.

R. No he notado nada hacia nosotros. El problema es que si no andas, la cabeza ya no va igual.

P. ¿No se siente la cabeza visible de esa generación?

R. No, porque estamos muchos: Galdeano, Mancebo, Sevilla, Freire, Rubiera... Va a haber un relevo.

P. Hay cantidad. ¿Pero entre todos se vislumbra un futuro líder?

R. Entre todos saldrá alguno. Pienso que Haimar Zubeldia, del Euskaltel, será el mejor corredor de España en los próximos años. Él es joven todavía. Este año probará en la Vuelta a España. Quién sabe si llegará al podio.

P. ¿No se minusvalora?

R. No. Yo tengo los pies en el suelo. Soy un tío muy sencillo. Sé que hoy puedo acabar el Tour tercero y el año que viene, irme para casa la primera semana.

P. ¿Le motiva la Vuelta a España?

R. La veo un poco lejos. Ahora tengo ganas de descansar. Pero este año me atreveré con las dos.

P. ¿Cuál fue su peor día en el Tour?

R. La siguiente etapa a Hautacam, cuando llegó Dekker con Botero. Casi me muero de salida. Me quedaba entre los últimos.

P. ¿Qué le dicen sus padres?

R. Están un poco alucinados porque se les ha venido encima todo. Mi padre era la persona más feliz del mundo cuando le dije que venía al Tour, pensando en sentarse a ver la televisión en julio y tener allí a un hijo. Ahora nos está costando llevarlo.

P. ¿Cuáles son sus planes tras el Tour?

R. Tengo una tendinitis increíble en la muñeca derecha y una fisura de radio en el codo izquierdo y me quedo en París dos días. Luego, a una carrera en Alemania.

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