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Por segunda vez estoy en Madrid. No tengo que explicar qué pienso de esta hermosa ciudad, pues con tan sólo decir que vine aquí, por primera vez, el año pasado y regreso en éste para estar por todo el mes de julio es bien explícita la explicación. Soy un señor de la tercera edad con los 73 años recién cumplidos, alumno del grupo Montclair in Madrid de la Universidad Montclair, en la ciudad de Nueva Jersey (EE UU).Tengo un amigo que recuerdo y respeto profundamente: Demetrio Velasco, natural de Valladolid, que vivió muchos años en Madrid y, creo, trabajó en el Ritz. De Madrid fue a Venez...

Por segunda vez estoy en Madrid. No tengo que explicar qué pienso de esta hermosa ciudad, pues con tan sólo decir que vine aquí, por primera vez, el año pasado y regreso en éste para estar por todo el mes de julio es bien explícita la explicación. Soy un señor de la tercera edad con los 73 años recién cumplidos, alumno del grupo Montclair in Madrid de la Universidad Montclair, en la ciudad de Nueva Jersey (EE UU).Tengo un amigo que recuerdo y respeto profundamente: Demetrio Velasco, natural de Valladolid, que vivió muchos años en Madrid y, creo, trabajó en el Ritz. De Madrid fue a Venezuela y después a Nueva York. Allí nos conocimos y trabajamos juntos en el conocido hotel Waldorf Astoria. Tuvo un restaurante en el corazón de Manhattan, que fue un "éxito rotundo": Toledo.

Sólo recuerdo su nombre y que tenía dos hijos y una esposa (madrileña, muy maja); a uno de los hijos lo llamaban Javier. Traté de encontrarle en las páginas telefónicas: quimérico. Creo un poco en los milagros, y mi periódico favorito de Madrid, EL PAÍS, haría uno si pudiera abrazar en "su tierra" a Dimitry.- Raúl Álvarez. Casa do Brasil.