Tribuna:NEGRITAS

Crecimiento ¿qué?

El concepto de crecimiento sostenible es bastante abstracto. Al menos, parece que nadie se lo haya explicado a los alcaldes y alcaldesas de las zonas costeras malagueñas. En la misma capital, Málaga, que nunca ha sido un modelo de crecimiento planificado, se ha construido en los últimos años un monumento a la tropelía urbanística, el edificio de lujo de Quinta Clavero, único en el mundo por tener tres plantas de sótano hacia arriba. El tesón de los vecinos perjudicados por la construcción hizo que el pleno municipal aprobase una moción para derribar una planta. Pero, como para cuando el Ay...

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El concepto de crecimiento sostenible es bastante abstracto. Al menos, parece que nadie se lo haya explicado a los alcaldes y alcaldesas de las zonas costeras malagueñas. En la misma capital, Málaga, que nunca ha sido un modelo de crecimiento planificado, se ha construido en los últimos años un monumento a la tropelía urbanística, el edificio de lujo de Quinta Clavero, único en el mundo por tener tres plantas de sótano hacia arriba. El tesón de los vecinos perjudicados por la construcción hizo que el pleno municipal aprobase una moción para derribar una planta. Pero, como para cuando el Ayuntamiento tomó nota de las irregularidades cometidas desde que se plantó el primer pilar los pisos estaban vendidos, al final, el conciliador alcalde Francisco de la Torre ha decidido saldar la historia con una multa que no supera el precio de un piso. Cosas que pasan.Lo peor no es que el furor urbanizador de alcaldes pasados (y presentes, como Jesús Gil, que se ha propuesto que al final los únicos pinos que se vean en Marbella sean los de los jardines) haya destrozado la Costa del Sol occidental, sino que los de la zona oriental, hasta ahora más virgen, aunque no más cuidada, no hayan tomado nota. Sin ir más lejos, el alcalde del Rincón de la Victoria, José María Muñoz (PP), parece dispuesto a emular los mejores tiempos de los alcaldes del desarrollismo de Torremolinos o Benalmádena. El viernes pasado, los vecinos de dos de las urbanizaciones de este pueblo, que en los últimos diez años casi ha duplicado su población, salieron a protestar porque su única zona verde, una plaza de poco más de dos hectáreas, y su más valioso patrimonio histórico, científico y, quién sabe si turístico en el futuro, las cuevas paleolíticas del Cantal Alto, corren el riesgo de desaparecer bajo el hormigón.

Para la Plaza del Señorío, el alcalde tiene reservado un párking subterráneo que podría ubicarse en un espacio alternativo; y para el Cantal Alto, 600 viviendas repartidas en varias torres que también podrían ir a otra parte. Muñoz se lava las manos porque el Plan General de Ordenación Urbana en el que se amparan ambas construcciones lo aprobó el PSOE. A este alcalde lo que le interesa es el empleo, y se jacta de que en el Rincón no hay un albañil parado. Lo que no es tan seguro es que dentro de unos años los turistas se peguen tortas por ir allí. Pero eso ya lo toreará otro alcalde.

ESPERANZA PELÁEZ

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