Los embajadores en Asia y Pacífico reclaman más medios y coordinación

José María Aznar clausuró ayer, en Manila, la reunión de los once embajadores españoles en Asia y Pacífico, acreditados en 34 países, que piden más medios y mayor coordinación. El documento de conclusiones constata la escasa presencia de nuestra diplomacia en una zona tan importante. Además, el presidente del Gobierno español instó al filipino, Joseph Estrada, a resolver lo antes posible y de forma pacífica el problema de los 21 rehenes, varios europeos, secuestrados por el grupo terrorista islámico Abu Sayyaf. Según fuentes de la delegación española, Estrada está convencido de que estarán lib...

José María Aznar clausuró ayer, en Manila, la reunión de los once embajadores españoles en Asia y Pacífico, acreditados en 34 países, que piden más medios y mayor coordinación. El documento de conclusiones constata la escasa presencia de nuestra diplomacia en una zona tan importante. Además, el presidente del Gobierno español instó al filipino, Joseph Estrada, a resolver lo antes posible y de forma pacífica el problema de los 21 rehenes, varios europeos, secuestrados por el grupo terrorista islámico Abu Sayyaf. Según fuentes de la delegación española, Estrada está convencido de que estarán libres antes de un mes.

La reunión de los once embajadores de España en Asía y Pacífico, la primera de esas características desde 1988, ha constatado la escasa presencia de nuestra diplomacia en esta zona: el 6,3% de los funcionarios destinados en el exterior cuando Asia concentra el 50% de la población mundial y el 25% del PIB. La embajada en India, por ejemplo, tiene menos que las de Grecia y Noruega, la décima parte que la de Alemania y veinte veces menos que la del Reino Unido. "Aumentar la presencia española exige que la intensificación de relaciones se haga de forma coherente, complementaria y coordinada y con la participación de toda la sociedad española", indica el documento de las conclusiones.Como medidas concretas, apunta la "perentoria" apertura de una embajada en Singapur y un consulado en Bombay (India), una consejería de información en Pekín (China) y un Instituto Cervantes en Tokio (Japón). "Pero no basta con aumentar los medios y recursos, sino que es necesario asegurar una planificación y coordinación mucho mayor", se agrega.

La crisis financiera asiática de 1998, que, según los embajadores, se está superando ahora, provocó la deserción de numerosas empresas españolas y el aplazamiento de los planes de presencia institucional, lo que "imposibilita consolidar logros anteriores y obliga a un continuo volver a empezar". Una programación regular de visitas en ambas direcciones y a distintos niveles "podría tener enormes beneficios", pero para ello sería necesario, advierten, "asegurar una coordinación impecable".

Tras constatar que el comercio de España con Asia y Pacífico sólo representa el 3% del total, el texto subraya que la penetración de las empresas españolas debe basarse "sobre la radicación permanente y la inversión productiva". La cooperación española al desarrollo, de 2.700 millones anuales, se considera escasa, por lo que se aboga por "un aumento gradual de los recursos", especialmente en tres países: Filipinas, China y Vietnam.

Aznar anunció la elaboración durante esta legislatura de dos planes bianuales de actuación de España en Asia. El primero, con objetivos y acciones concretas para el periodo 2001-2002, debe estar completado el 28 de julio.

Por otra parte, el presidente español instó al filipino, Joseph Estrada, a resolver lo antes posible y de forma pacífica el caso de los 21 turistas -entre ellos, tres alemanes, dos franceses y dos finlandeses- secuestrados el 23 de abril por el grupo terrorista islámico Abu Sayyaf en la isla de Jolo.

En su entrevista, en el palacio de Malacañán, que duró apenas una hora, Aznar y Estrada se comprometieron también a apoyarse mutuamente en su pretensión de ocupar, en el bienio 2003-2004, un sillón no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La infancia, el eslabón más débil

Con un índice de natalidad de 3,6 hijos por mujer, más de la mitad de la población menor de 20 años y un tercio en extrema pobreza, los niños son el eslabón más débil de la sociedad filipina. José María Aznar y su esposa lo comprobaron ayer en su visita al poblado infantil Bantay Bata 163, en Quezon City, a las afueras de Manila.

Una casa de dos plantas sirve de refugio a 45 niños de entre pocos meses y 12 años que han sido víctimas de malos tratos. Sus historias constituyen un catálogo de horrores. Jessie, por ejemplo, fue hallado cuando tenía nueve años y llevaba seis confinado en una caja debajo de un fregadero; nació con un ligero retraso mental y sólo se alimentaba con comida en mal estado. Sh., la menor de 12 hermanos, fue entregada por sus padres a su tío al no poder alimentarla y su madrastra la torturó apagándole cigarrillos en la piel. O. C., de tres, fue descubierto cuando sólo tenía un mes encerrado en un garaje con una jauría de perros asilvestrados; padecía meningitis e hidrocefalia y le faltaba un ojo. L., de 12, tenía el rostro deformado por los golpes de su madre, que insiste en volver a verla.

No podrá hacerlo por ahora. La dirección de este centro es un secreto para los progenitores de las víctimas. Las tres últimas cifras del nombre del poblado infantil, 163, corresponden al número de teléfono al que puede dirigirse cualquier persona para denunciar casos de maltrato o abandono.

Además de los refugios de Manila e Iloilo, está previsto abrir un tercero en la isla de Mindanao, para lo que la Agencia Española de Cooperación Internacional ha donado 16 millones.

La obra que ayer visitó el matrimonio Aznar no pertenece, sin embargo, a la Administración ni a una ONG al uso, sino a la Fundación ABS-CBN, cuyo nombre corresponde al del principal canal de TV privada, propiedad de la familia López, una de las más poderosas. Unión Fenosa es socio del proyecto.