Rato dice que bajar los impuestos de la gasolina no es ahora su prioridad

Rato compareció ayer en el Senado para responder a una interpelación del grupo socialista sobre las medidas que el Gobierno piensa adoptar para corregir "los abusos" en el sector de la energía. El debate se centró en las gasolinas y aquí el vicepresidente fue una vez más categórico al afirmar que no piensa reducir los impuestos para bajar los precios. "El Gobierno no está considerando las medidas fiscales a corto plazo porque no son de interés general", afirmó. De lo contrario, "no haríamos ningún favor a nuestra economía", añadió Rato, para quien la prioridad ahora es la reducción del déficit...

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Rato compareció ayer en el Senado para responder a una interpelación del grupo socialista sobre las medidas que el Gobierno piensa adoptar para corregir "los abusos" en el sector de la energía. El debate se centró en las gasolinas y aquí el vicepresidente fue una vez más categórico al afirmar que no piensa reducir los impuestos para bajar los precios. "El Gobierno no está considerando las medidas fiscales a corto plazo porque no son de interés general", afirmó. De lo contrario, "no haríamos ningún favor a nuestra economía", añadió Rato, para quien la prioridad ahora es la reducción del déficit público. Lo que se pretende es aumentar la competencia en el sector y para ello aumentará el número de gasolineras y se ampliarán las posibilidades de de venta en hipermercados.Pero el caso es que el petróleo no ha tenido un respiro en las últimas dos semanas. El barril de brent -crudo del mar del Norte- se ha encarecido casi dos dólares desde el lunes. Ayer, volvió a cotizar por encima de los 31 dólares en el mercado de futuros a un mes de Londres y se acerca al máximo histórico de 32 dólares alcanzado en marzo.

Ahora, a poco más de una semana de la próxima cita de la OPEP el 21 de junio, la situación es similar y todo apunta a que nada frenará la nueva escalada del precio del petróleo. Los analistas sospechan que, en esa reunión, la OPEP se negará a aumentar la producción de nuevo y que, de hacerlo, no abrirá el grifo lo suficiente. Se calcula que las subidas estarán entre los 500.000 y el millón de barriles diarios.

Además, mientras antes de la reunión de marzo, la mayor parte de los países productores habían manifestado su deseo de que los precios se estabilicen, esta vez el cartel parece estar satisfecho de mantener los precios en un nivel alto. "Los precios bajos no son buenos para nadie", afirmó ayer el secretario general de la OPEP, Rilwanu Lukman, en una reunión del sector petroleo mundial en Calgary (Canadá).

Por su parte, el presidente de Repsol, Alfonso Cortina, insistió en que si la gasolina sin plomo -la de mayor consumo- se ha encarecido 15 pesetas este año en España, no se debe a "prácticas monopolísticas" de las petroleras. "Repsol, por su cuota de mercado, está administrando con enorme prudencia los precios, fijándolos muy por debajo de la media europea y, por tanto, el resto de operadores, que son más pequeños, no pueden superarlo y se produce un efecto arrastre", afirmó.

El responsable de la mayor petrolera de España con una cuota de mercado del 45% -le siguen Cepsa (25%) y BP (10%)- negó así las sospechas que han rondado a las petroleras las últimas semanas sobre un posible pacto para fijar los precios de las combustibles.

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