Reportaje:

ASTROFÍSICA Observaciones en rayosX El telescopio 'Chandra' busca los agujeros negros mejor escondidos del universo

Los astrofísicos han apuntado el telescopio espacial de rayos X Chandra a una de las regiones más interesantes del cielo, el llamado Campo Profundo Norte, que fotografió en 1995 el telescopio Hubble, y se han llevado una buena sorpresa: no encuentran la emisión de rayos X de algunas de las galaxias más energéticas, y esa radiación X proporciona la pista más directa de la existencia de un agujero negro. "O hay una enorme formación estelar en esas galaxias, o contienen los agujeros negros mejor escondidos del universo", ha dicho Niel Brandt, uno de los líderes de la investigación.

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Los astrofísicos han apuntado el telescopio espacial de rayos X Chandra a una de las regiones más interesantes del cielo, el llamado Campo Profundo Norte, que fotografió en 1995 el telescopio Hubble, y se han llevado una buena sorpresa: no encuentran la emisión de rayos X de algunas de las galaxias más energéticas, y esa radiación X proporciona la pista más directa de la existencia de un agujero negro. "O hay una enorme formación estelar en esas galaxias, o contienen los agujeros negros mejor escondidos del universo", ha dicho Niel Brandt, uno de los líderes de la investigación.

El Campo Profundo Norte (se hizo una observación igual en el cielo del hemisferio sur) recoge en una imagen todos los objetos que hay en una pequeña fracción del cosmos desde aquí hasta el fondo del universo visible con el Hubble. En él se aprecian galaxias de todo tipo, cercanas y distantes.Ahora, los científicos han analizado la misma zona con el Chandra y han encontrado cinco objetos emisores de rayosX: una galaxia lejana que supuestamente aloja en su centro un agujero negro gigante; tres galaxias elípticas; una galaxia lejana extremadamente roja y una cercana. "Pero es muy sorprendente descubrir que ninguna de las fuentes de rayos X coincide con las fuentes conocidas submilimétricas", ha comentado Niel Brandt, de la Universidad Penn State (EEUU). Las observaciones se hicieron en 46 horas en noviembre del año pasado.

Las fuentes que se observan en la banda submilimétrica (radiofrecuencia de longitud de onda mayor que el infrarrojo) son galaxias polvorientas, muy luminosas, que emiten gran cantidad de radiación infrarroja. Sin embargo, como esos objetos están muy lejos, y debido a la expansión del universo, la radiación infrarroja se detecta desplazada hacia una longitud de onda mayor (submilimétrica) con los telescopios terrestres.

La radiación submilimétrica debe generarse o en regiones muy activas de formación estelar o en la caída de materia hacia un agujero negro en el centro de la galaxia. Como los rayos X atraviesan el gas y el polvo, permiten ver dentro de regiones ocultas para la radiación visible.

Ann Hornschemeier, también de Penn State, ha comentado: "Nuestros resultados indican que menos de un 15% de las fuentes submilimétricas pueden ser fuentes luminosas en rayosX". Por eso Brandt señala que o hay alli una iintensa formación estelar en esas galaxias o esos objetos contienen los agujeros negros mejor escondidos del universo". Los resultados de estas observaciones se presentarán en la revista Astrophysical Journal.

El otro gran telescopio espacial de rayox X, el europeo Newton XMM, en fase de pruebas, ha tenido suerte: durante unas observaciones de calibración de instrumentos, el pasado 19 de abril, detectó un dramático cambio repentino en un sistema estelar binario bien conocido que no había sufrido alteración durante al menos los últimos 30 años, según informa la Agencia Europea del Espacio (ESA). El sistema, denominado LMC X-3, está en la galaxia Gran Nube de Magallanes, vecina de la nuestra, y está formado por una estrella mucho más caliente y masiva que el Sol, acompañada de un objeto invisible que debe de ser un agujero negro.

La fuerte atracción gravitatoria que este fantasma ejerce sobre la estrella compañera delata su presencia. Además, esa misma atracción chupa gas de la atmósfera del astro formando una espiral de materia (disco de acreación) que acaba desapareciendo en el agujero negro. En su caída, esta materia se calienta enormemente y emite rayos X. Varios telescopios han observado este sistema, de ahí la sopresa cuando el pasado 19 de abril de repente cambiaron las propiedades de LMC X3 y la intensidad de su emisión disminuyó hasta hacerse 100 veces más débil.

El Newton XMM estaba mirando al lugar adecuado en el momento adecuado, pero es el único telescopio que vio el fenómeno. También el satélite estadounidense Rossi XRay Timing Explorer, que vigila constantemente las emisiones de rayos X en el cielo, detectó esa atenuación de la emisión de LMC X-3. Por el momento, los astrofísicos no saben cómo explicar el raro fenómeno, aunque algunos modelos teóricos predicen que se pueden producir cambios en el disco de acreación de un agujero negro debido al intenso campo gravitatorio.

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