ÓPTICA La causa de que los ángulos no se vean como son en realidad

Siempre sobreestimamos los ángulos entre las cuestas y las superficies horizontales, y esto mismo se puede aplicar a todos los ángulos agudos (menores que un ángulo recto). Para los ángulos obtusos (mayores que un ángulo recto) se aplica lo contrario: tendemos a subestimarlos.Investigadores de la Universidad Duke (Carolina del Norte, EEUU) sugieren en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos que este fenómeno, muy conocido desde la antigüedad, puede deberse a que no vemos el ángulo entre dos paredes adyacentes, por ejemplo, sino una proyección de ese ángulo ...

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Siempre sobreestimamos los ángulos entre las cuestas y las superficies horizontales, y esto mismo se puede aplicar a todos los ángulos agudos (menores que un ángulo recto). Para los ángulos obtusos (mayores que un ángulo recto) se aplica lo contrario: tendemos a subestimarlos.Investigadores de la Universidad Duke (Carolina del Norte, EEUU) sugieren en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos que este fenómeno, muy conocido desde la antigüedad, puede deberse a que no vemos el ángulo entre dos paredes adyacentes, por ejemplo, sino una proyección de ese ángulo en la retina. Un ángulo recto, por ejemplo, puede parecer casi cerrado desde una cierta perspectiva y el cerebro debe tratar de deducir el ángulo verdadero de esta información imperfecta.

Después de hacer experimentos con personas, los investigadores sugieren que el cerebro saca la media de los ángulos sobre la base de experiencias pasadas, pero que estas mismas experiencias, que no contemplan todas las posibilidades, introducen un ligero sesgo que hace que se produzcan errores pequeños pero de forma continuada.

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