L'Hospitalet inicia los trámites para que la Gran Via discurra semisoterrada hasta Bellvitge

El Ayuntamiento de L'Hospitalet ha puesto en marcha una de las operaciones más ambiciosas del actual mandato: la reordenación urbanística de la Gran Via para integrar esta vía rápida en el tejido urbano y adaptarla a los nuevos usos que se preparan para esa zona. El proyecto incluye la depresión de las calzadas centrales de la Gran Via en el tramo que sigue a la plaza de Cerdà en dirección a Castelldefels. El consistorio pretende que este tramo que sirve de fachada a la ciudad pase a ser una especie de bulevar de unos 3,5 kilómetros de longitud, y reordenar todo el entorno.

El proyecto ...

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El Ayuntamiento de L'Hospitalet ha puesto en marcha una de las operaciones más ambiciosas del actual mandato: la reordenación urbanística de la Gran Via para integrar esta vía rápida en el tejido urbano y adaptarla a los nuevos usos que se preparan para esa zona. El proyecto incluye la depresión de las calzadas centrales de la Gran Via en el tramo que sigue a la plaza de Cerdà en dirección a Castelldefels. El consistorio pretende que este tramo que sirve de fachada a la ciudad pase a ser una especie de bulevar de unos 3,5 kilómetros de longitud, y reordenar todo el entorno.

El proyecto prevé diseñar de nuevo la función de la Gran Vía, convertirla en el centro de una zona de equipamientos comunitarios de gran envergadura, como la futura ciudad judicial prevista en los antiguos cuarteles de Lepanto, el recinto que alberga la ampliación de la Fira en el polígono Pedrosa, un gran hotel y varios centros comerciales. La comisión de gobierno municipal ha aprobado el avance del proyecto de ordenación urbanística de esa zona. El proyecto, que ha sido redactado por la Agencia de Desarrollo Urbano (ADU) municipal, no sólo ordena la vialidad de la Gran Via entre el término de Barcelona y la intersección de la ronda Litoral con el nudo viario de Bellvitge; también fija los criterios urbanísticos del entorno de esta carretera, cuya titularidad es de la Generalitat. Se trata de intervenir en una superficie de unos 150.000 metros cuadrados de terreno que requerirán soluciones unitarias.

La gran cantidad de proyectos, tanto impulsados por las administraciones como a través de la iniciativa privada, que irán haciéndose realidad en los proximos años convertirán esa zona situada en ambos márgenes de la Gran Via en un importante eje de actividad social y económica.

Serán unos usos nuevos en un suelo que hasta hace bien poco acogía actividades marginales. En ese nuevo contexto, el carácter de vía rápida, prácticamente de autopista, que tiene en la actualidad la Gran Via pierde toda su razón de ser.

Hasta 18 proyectos confluyen en esa zona. En el lado de montaña se centran operaciones de amplio calado social y ciudadano, como la construcción de la futura ciudad judicial en lo que fue el cuartel de Lepanto, que reunirá todos los juzgados de Barcelona y L'Hospitalet además de las salas de la Audiencia Provincial. En ese lado también se sitúan la ampliación del hospital de Bellvitge, el parque deportivo de la Feixa Llarga, el parque de la Marina, el nudo de la Marina y las actuaciones residenciales que se llevarán a cabo en Fembasa y Prat de la Manta.

Al otro lado de la Gran Via se agruparán las actividades comerciales y terciarias. Además de la ampliación de las instalaciones de Fira de Barcelona-Montjuïc-2, en esa zona deben construirse dos grandes superficies comerciales promovidas por Pryca y el segundo centro en Cataluña de la firma sueca Ikea, la fachada de nueva actividad económica de Gran Via Sur, equipamientos hoteleros, el parque de actividades terciarias de Pedrosa y el área de actividad económica de Can Pi, entre otras iniciativas.

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Eje metropolitano

De esta manera, se conseguirá crear un eje metropolitano de gran centralidad, bien conectado con el puerto y el aeropuerto a través de las rondas, con un potencial de más de 1,5 millones de metros cuadrados de techo para usos de equipamientos terciarios, comerciales, hoteleros y residenciales, entre otros.

El proyecto de ordenación urbanística prevé que el eje central de la Gran Via sea rectilineo y siga el eje establecido por los carriles deprimidos en la plaza de Cerdà. La anchura de la carretera será de 96 metros, lo cual permitirá mantener el carácter de vía de gran capacidad dentro del esquema metropolitano de movilidad.

A lo largo del tramo objeto de intervención, la Gran Via tendrá una calzada central deprimida con seis carriles, tres en cada sentido, y dos vías laterales a nivel. El lateral norte tendrá tres carriles, mientras que el sur contará con dos. Ambos estarán señalizados con semáforos y plenamente integrados en la red viaria local, con jardinería y mobiliario urbano apropiado.

Manolo S. Urbano

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