AUTOMOVILISMO Mundial de Fórmula 1

La organización debe devolver 450 millones

A punto estuvo el GP de Gran Bretaña de no poder celebrarse. La intensa lluvia caída durante la semana convirtió el escenario, el circuito de Silverstone, en un auténtico caos. Todos los pilotos se quejaron de ello, pero el más perjudicado resultó el público, al que la organización deberá devolver al menos unos 450 millones de pesetas, correspondientes a entradas que no pudieron utilizarse.Los aparcamientos del circuito fueron desde el sábado auténticos barrizales. Hasta tal punto se complicaron las cosas, que la organización pidió, a través de la radio y las televisiones, que el público no se...

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A punto estuvo el GP de Gran Bretaña de no poder celebrarse. La intensa lluvia caída durante la semana convirtió el escenario, el circuito de Silverstone, en un auténtico caos. Todos los pilotos se quejaron de ello, pero el más perjudicado resultó el público, al que la organización deberá devolver al menos unos 450 millones de pesetas, correspondientes a entradas que no pudieron utilizarse.Los aparcamientos del circuito fueron desde el sábado auténticos barrizales. Hasta tal punto se complicaron las cosas, que la organización pidió, a través de la radio y las televisiones, que el público no se desplazara en su coche el sábado al circuito.

"Si aún se encuentra en su domicilio, no intente llegar a Silverstone en coche", indicaba un mensaje radiofónico de Mark Barrows, inspector jefe de la policía. La medida desanimó a múltiples espectadores, que reclamarán el importe de sus entradas.

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En el circuito, una intensa niebla perjudicó también el desarrollo de la competición previsto. Los entrenamientos previos a la carrera del domingo se fueron retrasando de cuarto de hora en cuarto de hora y pusieron en peligro incluso la celebración de la prueba. Al final, pudieron celebrarse los ensayos, pero el tiempo entre los entrenamientos y la carrera quedó reducido sólo a 2 horas y 20 minutos (el reglamento señala cuatro horas).

Eddie Jordan llegó con una hora y media de retraso al circuito. Las críticas fueron duras. Todos se quejaron de que el GP de Gran Bretaña se disputara en estas fechas y no en julio como es habitual. En 2002 la carrera británica se correrá en Brands Hatch.

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