Tribuna:ESTA SEMANA

Diálogo y confrontación

El discurso de investidura de Manuel Chaves esta semana como presidente de la Junta de Andalucía deberá tener una referencia clave, cual es la necesaria oferta de diálogo que ha de hacer, sin duda, al Gobierno central. Un planteamiento de trabajo en común para tratar de resolver definitivamente temas aún pendientes de la anterior legislatura, como son los de la financiación autonómica, la deuda histórica, el reconocimiento del censo real de población y la transferencia de nuevas competencias.Esa mano tendida desde aquí de momento sólo cuenta con declaración de buenas intenciones, también, desd...

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El discurso de investidura de Manuel Chaves esta semana como presidente de la Junta de Andalucía deberá tener una referencia clave, cual es la necesaria oferta de diálogo que ha de hacer, sin duda, al Gobierno central. Un planteamiento de trabajo en común para tratar de resolver definitivamente temas aún pendientes de la anterior legislatura, como son los de la financiación autonómica, la deuda histórica, el reconocimiento del censo real de población y la transferencia de nuevas competencias.Esa mano tendida desde aquí de momento sólo cuenta con declaración de buenas intenciones, también, desde las filas del PP. Existen algunos indicios que apuntan a un cambio de actitud por parte del Gobierno central, al menos, en un asunto relacionado con Andalucía como es el de establecer un nuevo sistema de financiación autonómica.

Ahora el escenario político es más propicio para el acuerdo. José María Aznar tiene las manos libres al no estar obligado a hacer concesiones en esta materia, de forma unilateral, a los nacionalistas catalanes. De modo que resulta a priori más factible el consenso para establecer nuevas vías de financiación sin que existan modelos ya condicionados por pactos políticos previos con una determinada fuerza.

Incluso las diferencias puede que no sean tantas. Aznar ya ha incorporado como una de sus prioridades a resolver, precisamente, la financiación autonómica. Y aquí el PP maneja como solución más factible tanto la corresponsabilidad fiscal como la cesión de algunos impuestos, tal y como proponía el presidente de la comunidad autónoma de Valencia, el popular Eduardo Zaplana, formulación que, por lo demás, guarda algunas similitudes con lo planteado en su momento desde Andalucía. De todas formas, está por ver si, en efecto, en Madrid el PP va a gobernar como si no tuviese mayoría absoluta, tratando de alcanzar el máximo consenso posible en su acción política porque, si no es así, de nuevo estaremos ante una legislatura de enfrentamiento institucional.

Con todo, el PP en Andalucía lo tiene bastante claro. Ya ha echado por delante a sus ayuntamientos contra la Junta de Andalucía, Administración que tiene menos que decir que la central, por ejemplo, en una cuestión esencial de las haciendas locales como es su financiación. Pero eso da lo mismo. Lo importante es plantear un frente reivindicativo. Atender dichas reclamaciones por parte de la Junta es lo mejor que puede hacer Chaves para evitar males mayores, piensan algunos. En contra de lo que pueda parecer, esto no es confrontación política, término que dejan para el Gobierno andaluz y sus pendencias con Madrid. Así que éstas son las primeras señales de lo que se aventura como una oposición más que dura y que puede llegar a incorporar mensajes extremos, como el de "váyase, señor Chaves", repitiendo así un recurso que tan bien le fue con Felipe González.

No obstante, la oferta de diálogo de Chaves pretende además extenderla a todos los agentes sociales. Desea cerrar acuerdos "innovadores" con los sindicatos. Innovar, esa es ahora una de las opciones del dirigente socialista, tanto para su discurso institucional como para el programa de gobierno e incluso para solventar la crisis que afecta a su partido.

Y en cuanto a la formación de su Ejecutivo, los andalucistas le han facilitado la tarea con el nombramiento ya adelantado tanto de sus consejeros como de los viceconsejeros y demás cuerpo directivo. Es más, alguno de ellos hasta ya hace declaraciones, investido en una autoridad que oficialmente aún no tiene. Un detalle que ha gustado muy poco a Chaves que, a pesar de todo, sigue guardando absoluto mutismo sobre la composición de su Gobierno.

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En todo caso, las prisas de los andalucistas hablan a las claras de las ganas y la impaciencia que tienen en el PA por trabajar por Andalucía, tal y como preconizan.

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