Otro absurdo
En EL PAÍS del 11 de abril aparecía publicado un artículo cuyo título era, más o menos, "Antología de investigaciones grotescas que inundan los medios de comunicación". En dicho artículo se hace un recorrido por algunos estudios pretendidamente científicos y absolutamente absurdos que, sin embargo, han encontrado eco en los medios de comunicación más prestigiosos. Creo que dentro de la lista de estudios absurdos habría que incluir el que hace unas semanas apareció en todos los medios de comunicación de este país y que hacía referencia a que observando el tamaño de los dedos de la mano se puede...
En EL PAÍS del 11 de abril aparecía publicado un artículo cuyo título era, más o menos, "Antología de investigaciones grotescas que inundan los medios de comunicación". En dicho artículo se hace un recorrido por algunos estudios pretendidamente científicos y absolutamente absurdos que, sin embargo, han encontrado eco en los medios de comunicación más prestigiosos. Creo que dentro de la lista de estudios absurdos habría que incluir el que hace unas semanas apareció en todos los medios de comunicación de este país y que hacía referencia a que observando el tamaño de los dedos de la mano se puede adivinar la orientación sexual de una persona.Como ya se ha dicho en múltiples ocasiones y en estudios mucho más serios, la orientación sexual humana es muy compleja y responde a una interacción de múltiples factores. Reducirla a una simple cuestión de hormonas responde a una operación ideológica, a la que ya estamos acostumbrados, destinada a buscar las causas de algo que no deja de percibirse como antinatural.
Nos sorprende la facilidad con la que los medios de comunicación se hacen eco de cualquier estudio de este tipo y las dificultades que encontramos, en cambio, para que estos mismos medios se hagan eco de las discriminaciones que gays y lesbianas padecemos y de la cotidiana actividad social y política que llevamos a cabo para superarlas.-