Reportaje:

Payasadas integradoras

Antonia se escaquea de las materias de sexto de Primaria a menudo, pero no suele faltar a la cita con las clases de copla española que imparte Beatriz San José, una artista en ciernes, que ya puede presumir de ocupar carteles con membrete artístico y pose clásico de tonadillera. Antonia pertenece al medio centenar largo de menores que participan en las actividades organizadas por la asociación de vecinos La Semilla, en La Rinconada (Sevilla), para fomentar la convivencia entre los pequeños y la igualdad de oportunidades. Entre las propuestas menos corrientes de la organización para motivar a l...

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Antonia se escaquea de las materias de sexto de Primaria a menudo, pero no suele faltar a la cita con las clases de copla española que imparte Beatriz San José, una artista en ciernes, que ya puede presumir de ocupar carteles con membrete artístico y pose clásico de tonadillera. Antonia pertenece al medio centenar largo de menores que participan en las actividades organizadas por la asociación de vecinos La Semilla, en La Rinconada (Sevilla), para fomentar la convivencia entre los pequeños y la igualdad de oportunidades. Entre las propuestas menos corrientes de la organización para motivar a los niños figuran el patinaje acrobático, la escuela de payasos o una banda de cornetas y tambores, embrión del proyecto.Alicia Hermosa Martínez, una licenciada en Filosofía, desembarcó en La Rinconada hace un lustro con una prole de 10 hijos, una quiebra en la escuálida tasa de natalidad, y cierta experiencia en iniciativas de solidaridad. El pueblo que halló conjugaba el sosiego con problemas sociales de alto voltaje (alcoholismo, malos tratos, absentismo escolar, desempleo y droga), así que dudó entre mudarse de nuevo con su familia o "luchar por ellos, por mis niños y sus amigos, que pueden estar en situación de riesgo pero son buena gente".

De su pelea tenaz nació en primer lugar una banda de cornetas y tambores, impulsada desde la asociación de padres de alumnos del colegio de primaria Guadalquivir. No fue una decisión a tontas y a locas: los niños confesaron que tocar un tambor o una corneta era una de sus mayores ilusiones.

La banda se estrenó como tal en el campo de fútbol municipal y ya lleva tres temporadas. Un éxito para la inconstancia que muestran la mayoría de los pequeños, caracterizados por cierta apatía existencial. Alicia Hermosa admite que no son fáciles. Recuerda entre risas una excursión hasta Sevilla en autocar: "Cuando bajé, el chófer me dijo que la próxima vez alquilase otra empresa. Y son ocho kilómetros".

No serán fáciles, pero los defiende con uñas y dientes: "Dan mucho trabajo pero también descubrimos que se iban disciplinando con la banda". El medio centenar que se apuntó inicialmente respondía, además, ante estímulos singulares. El maestro de la banda de las Cigarreras resistió tres días en el empeño magistral, pero al Nono, un vecino de toda la vida, nadie le rechista. Los músicos de la formación actual, que tienen entre 7 y 17 años, ya acompañan procesiones religiosas y ceremonias oficiales como las del Día de Andalucía.

Casi simultáneamente crearon un grupo de majorettes demandado por algunas niñas que, si bien no cuajó del todo, ayudó a germinar otra iniciativa: las clases de copla. Ahora ensayan en un local, tienen un aceptable equipo de música y una profesora.

Para evitar deserciones por el camino mientras no lograron una infraestructura mínima, Alicia Hermosa las juntaba en su casa y les ponía música de Isabel Pantoja y demás, que luego les obligaba a repetir. La asociación La Semilla apenas ha tenido ayudas económicas, así que ha suplido la falta de medios con ingenio y tesón. De hecho, hasta que su proyecto para crear una escuela de circo para niños fue seleccionado por la Fundación La Caixa, que le ha concedido 5,6 millones de pesetas este año, sólo habían percibido una subvención de la Consejería de Cultura de 200.000 pesetas para adquirir los instrumentos de la banda.

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La presidenta de La Semilla lamenta que el gobierno local de La Rinconada, que preside el socialista Enrique Abad, no arrope sus iniciativas. Hermosa asegura que "intenta bloquear el proyecto de la escuela de circo" y que trató de boicotear la subvención de La Caixa. "Nunca nos han dado un duro para los niños, y ni siquiera nos ha recibido después de cinco años pidiéndole una entrevista", sostiene. "El consejero de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña, nos recibe a los tres días de pedirlo y el alcalde ni siquiera nos contesta después de cinco años", compara.

La escuela de circo se instalará, casi con seguridad, en una parcela que pertenece al Ayuntamiento de Sevilla, donde la asociación montará la carpa que ya han adquirido y donde se impartirán clases relacionadas con el mundo circense. Además de los niños de La Rinconada, la organización quiere involucrar a menores de las barriadas sevillanas de La Bachillera y El Vacie, en colaboración con otras asociaciones.

Arrancar a los pequeños de la calle y la apatía no es fácil, pero el acierto depende de que se active el resorte apropiado. La Semilla ha dado en el blanco con varias iniciativas. Una de las más recientes ha consistido en implicar a los patinadores que surcaban plazas y calles locales. Después de pertrecharles de rodilleras, coderas, cascos y patines seguros, les han azuzado el interés por el patinaje acrobático. Cada sábado se desplazan hasta Sevilla para exhibir nuevas proezas en algunas pistas.

Lo importante, explica Pepi Reina, monitora del taller de manualidades de los más pequeños, consiste en respetar sus deseos: "Tienen que querer, sabes". Querer como Bienvenida Rubio, de 13 años, que se desplaza desde Alcalá para acudir a las clases de copla para emular algún día a Marifé de Triana o "la Pantoja".

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