Tribuna:

Sin novedad en Valencia

JULIO SEOANE

Disculpen el título empleado, más propio de un corresponsal de guerra que de un pacífico comentarista, pero es que me atrae la exactitud y precisión de su contenido. Salvo error u omisión de última hora, el resumen de la campaña es que no hay novedad en Valencia.

Las épocas de elecciones y de replanteamientos políticos sirven casi siempre para descubrir jóvenes promesas y viejas realidades. Al margen de los propios resultados del proceso que esté en marcha, ya sean votaciones, renovación de partidos o regeneración de dirigentes, surgen con frecuencia personas que imp...

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JULIO SEOANE

Disculpen el título empleado, más propio de un corresponsal de guerra que de un pacífico comentarista, pero es que me atrae la exactitud y precisión de su contenido. Salvo error u omisión de última hora, el resumen de la campaña es que no hay novedad en Valencia.

Las épocas de elecciones y de replanteamientos políticos sirven casi siempre para descubrir jóvenes promesas y viejas realidades. Al margen de los propios resultados del proceso que esté en marcha, ya sean votaciones, renovación de partidos o regeneración de dirigentes, surgen con frecuencia personas que impactan por alguna característica, viejos conocidos bajo facetas distintas, perspectivas diferentes de algo que se daba por supuesto.

Recuerden, por ejemplo, que Borrell ya era conocido pero aquellas primarias nos mostraron aspectos distintos de él. Rosa Díez fue una novedad refrescante, no hace todavía mucho. Descubrimos que Arenas parecía distinto en Madrid que en Andalucía. Antonio Asunción había sido ministro, pero su esfuerzo en Valencia lo convirtió en más cercano. Teníamos una larga experiencia sobre Clementina Ródenas, pero aportó claridad en la confusión de las primarias, y demostró que seguía siendo un valor seguro para la política socialista. Y en esta ocasión, el ministro Almunia reaparece con luces inéditas y acompañado de viejas sombras.

Por el contrario, en esta campaña valenciana que se cierra mañana, ni hay gente nueva que sorprenda ni viejos valores con licencia para destacar. Zaplana fue el de siempre o quizá un poco menos Zaplana que otras veces. Camps no era y continúa por el mismo camino. González Pons se mantiene como un valor en alza, cada vez más, pero absurdamente poco utilizado en Valencia. Ciscar sigue en forma, aquí y allí, como siempre, aunque más allí que aquí. Segundo Bru es una interesante recuperación, pero más para el futuro que en el papel asignado en campaña. Poco más se puede decir. Todos con su calvario y con la cruz a cuestas. Hasta Pepa Frau.

Esta discreción valenciana en unas elecciones generales debe tener algún significado, pero quizá no es el momento para interpretaciones que puedan parecer sesgadas por anticiparse a la jornada electoral. Hay un tiempo para cada cosa y, de momento, es tiempo de subrayar. Las explicaciones llegarán más tarde.

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Se puede afirmar que todo termina sin novedad en Valencia, al menos en esta campaña. Ustedes sabrán mejor que yo si eso es algo bueno o malo, todo tiene sus defensores. Lo que está claro es que existen muchas energías en la política valenciana que todavía no han salido a flote en esta ocasión y, sin duda, por algún sitio y en algún momento tendrán que aparecer.

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