Marruecos impone el toque de queda en El Aaiún y Smara tras las nuevas revueltas saharauis

Marruecos ha impuesto el toque de queda en El Aaiún y Smara, en el antiguo Sáhara español, según confirmaron ayer autoridades locales y fuentes de las dos ciudades. Ambas han sido tomadas por unidades del Ejército llegadas al territorio desde el norte del reino alauí. Vehículos militares con megáfonos recorren las calles desiertas y conminan a sus habitantes a que permanezcan en sus casas con la luz apagada, so pena de ser detenidos. Al menos siete personas permanecen en la cárcel desde las violentas manifestaciones celebradas en las dos poblaciones la semana pasada.

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Marruecos ha impuesto el toque de queda en El Aaiún y Smara, en el antiguo Sáhara español, según confirmaron ayer autoridades locales y fuentes de las dos ciudades. Ambas han sido tomadas por unidades del Ejército llegadas al territorio desde el norte del reino alauí. Vehículos militares con megáfonos recorren las calles desiertas y conminan a sus habitantes a que permanezcan en sus casas con la luz apagada, so pena de ser detenidos. Al menos siete personas permanecen en la cárcel desde las violentas manifestaciones celebradas en las dos poblaciones la semana pasada.

La nueva intifada saharaui comenzó la semana pasada en la Universidad de Agadir, coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y a los pocos días de que la ONU descartara prácticamente la celebración del referéndum de autodeterminación del territorio, acordado en 1992. Los participantes pedían la liberación de sus tres paisanos detenidos desde hace dos meses en la prisión de la ciudad, acusados de espiar para el Frente Polisario. Las fuerzas de seguridad se emplearon a fondo para disolverlos: hubo siete heridos y once detenidos, siete de ellos mujeres.En respuesta a la actuación de la policía se produjeron nuevas manifestaciones en las universidades de Rabat, Marrakech y Casablanca. Pero los incidentes más graves se registraron el día 1 de marzo en Smara, la ciudad santa del desierto, situada al este de El Aaiún. Decenas de estudiantes salieron a la calle para reclamar la liberación de los detenidos por su participación en los disturbios del pasado mes de septiembre. En aquella ocasión, una manifestación en demanda de mejoras sociales celebrada en las calles de El Aaiún fue duramente reprimida y degeneró en una batalla campal contra las fuerzas del orden, apoyadas por colonos trasladados desde el norte de Marruecos para que votaran en el referéndum.

Miles de vecinos de Smara se unieron a los estudiantes y durante casi diez horas se enfrentaron con palos y piedras a las fuerzas de la policía y del Ejército. Los manifestantes quemaron una furgoneta de la policía y atacaron varios centros oficiales antes de que ocho camiones repletos de soldados de las Fuerzas Auxiliares consiguieran sofocar los disturbios. Al menos 56 saharauis (27 de ellos mujeres) y 13 agentes marroquíes resultaron heridos.

Tal vez temiendo una repetición de los incidentes en El Aaiún, a partir del día 3 llegaron a la ciudad numerosos camiones del Ejército para reforzar la guarnición. A las nueve de la mañana de ese día la policía detuvo a seis personas, que fueron interrogadas hasta las doce de la noche, hora a la que fueron puestas en libertad.

Pero las precauciones no fueron suficientes. Fuentes saharauis y marroquíes de El Aaiún han relatado a EL PAÍS que, a las cinco de la tarde del sábado día 4, decenas de estudiantes de secundaria se manifestaron en la carretera que lleva a Smara, en solidaridad con los heridos cuatro días antes en ésta ciudad. Varios centenares de personas de toda edad y condición, entre ellas mujeres y niños, se unieron a los jóvenes. La marcha, en la que podían verse varias banderas de la RASD y cuyos integrantes repitieron consignas anti marroquíes, recorrió la calle de La Meca (paralela a la carretera de Smara, en la parte alta de la capital), siguió por la calle El Kairouan y desembocó en la plaza de Edchera, frente al lujoso hotel Marcha Verde. Allí los manifestantes lanzaron panfletos en los que exigían la liberación de los presos, quemaron un camión marroquí y volcaron un coche de la policía.

Una combinación de fuerzas del Ejército, la policía y los antidisturbios disolvió con dureza la manifestación y persiguió a sus integrantes por las callejuelas de los antiguos barrios españoles de Colominas y La Paz. Durante la noche detuvieron a varias decenas de jóvenes, a los que interrogaron hasta la mañana siguiente. Para participar en los interrogatorios llegó a El Aaiún el caid (lugarteniente del gobernador) de Casablanca, Abderrahaman, que fue asistido por un ciudadano de origen saharaui llamado Ahmed Gas. A los tres detenidos durante la manifestación que aún permanecen en prisión se sumaron otros cuatro la tarde del lunes. Sus familiares desconocían ayer a dónde se los habían llevado.

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