Reportaje:

ESPACIO Misiones Maniobras de los exploradores del sistema solar

Tras entrar en órbita del asteroide Eros a 256 millones de kilómetros de la Tierra el pasado 14 de febrero, la pequeña nave espacial Near ya ha hecho su primera maniobra para acercarse más a esta antiquísima roca, del tamaño aproximado de La Gomera. Mientras tanto, la nave Galileo, en órbita de Júpiter desde 1995, se ha aproximado mucho a la luna volcánica Io, y otra nave, Stardust, en ruta hacia un cometa, ha empezado a recoger polvo interplanetario.

Los controladores de Near están muy contentos de haber superado hasta ahora las dificultades de cambiar de sitio la pequeña nave, en la d...

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Tras entrar en órbita del asteroide Eros a 256 millones de kilómetros de la Tierra el pasado 14 de febrero, la pequeña nave espacial Near ya ha hecho su primera maniobra para acercarse más a esta antiquísima roca, del tamaño aproximado de La Gomera. Mientras tanto, la nave Galileo, en órbita de Júpiter desde 1995, se ha aproximado mucho a la luna volcánica Io, y otra nave, Stardust, en ruta hacia un cometa, ha empezado a recoger polvo interplanetario.

Los controladores de Near están muy contentos de haber superado hasta ahora las dificultades de cambiar de sitio la pequeña nave, en la débil y variable gravedad del asteroide, debido a su pequeño tamaño (33 kilómetros de largo) y su forma irregular. Tras la primera maniobra, realizada el pasado 24 de febrero, la nave hará otra para alcanzar el viernes una órbita a sólo 200 kilómetros de altura, frente a los 364 kilómetros de la órbita inicial. Y así, poco a poco, hasta llegar a sobrevolar Eros a sólo 35 kilómetros de altura en diciembre de 2000.De las primeras imágenes obtenidas por la cámara de Near, ya en órbita de Eros, los científicos han deducido que se trata de una roca cuya superficie es muy antigua, no ha sido modificada desde hace mucho tiempo. Esta valoración se basa en la densidad de cráteres, que resulta muy alta, similar a la que presentan otros dos asteroides fotografiados de cerca hasta ahora, Ida y Matilde.

El elevado número de cráteres en Eros indica que fue sometido a un gran bombardeo durante mucho tiempo. Su edad, sin embargo, aunque probablemente se remonte a los primeros tiempos del sistema solar (unos 4.000 millones de años), no se puede conocer por ahora. "Dado que no sabemos todavía el ritmo de colisiones en el cinturón de asteroides en el presente y en el pasado, no podemos fijar la edad de ninguno de los asteroides", ha explicado Andrew Cheng, científico del proyecto Near en la Universidad John Hopkins, que gestiona el proyecto para la NASA.

Los datos que vayan llegando de Eros a través de Near pueden ayudar a resolver esta incertidumbre. Esta semana se van a encender dos de los instrumentos hasta ahora apagados, el espectrómetro de rayos gamma y rayos X y el calibrador de distancias por láser. Los científicos utilizarán el espectrómetro de rayos gamma y rayos X para medir la abundancia de los diversos elementos que forman Eros, como el silicio, el magnesio, el hierro, el uranio, el torio y el potasio, y el calibrador permitirá hacer el primer mapa en tres dimensiones de un asteroide.

Como la corteza terrestre

Otro espectrómetro, el del infrarrojo cercano, ha señalado ya variaciones en la composición de Eros, posiblemente minerales de hierro muy comunes en el sistema solar. También se ha estimado la densidad del asteroide, que es de 2,4 gramos por centímetro cúbico, aproximadamente la misma densidad que la de la corteza terrestre.

Mientras tanto, la nave Galileo, ya en la última fase de su misión histórica de exploración del planeta Júpiter y de sus lunas, está mandando esta semana a la Tierra las imágenes y datos obtenidos durante su última maniobra de aproximación a la luna Io, el único cuerpo volcánico conocido del sistema solar además de la Tierra. Galileo se acercó a sólo 198 kilómetros de la superficie de Io, el sobrevuelo más cercano de los tres que ha realizado. Durante la aproximación y el sobrevuelo se produjeron varios incidentes de paso automático de la nave al estado seguro, probablemente por los altos niveles de radiación presentes en los alrededores de este satélite.

Finalmente, el pasado 22 de febrero la nave Stardust, también de la NASA, empezó a recoger muestras del polvo omnipresente en el sistema solar, con vistas a una posible vuelta a la Tierra en 2006. Stardust, que actualmente se encuentra más allá de la órbita de Marte, fue lanzada hace un año con el objetivo principal de obtener muestras del cometa Wild-2, encuentro para el cual todavía faltan cuatro años. Mientras tanto, la nave ha desplegado su recolector de polvo, provisto de una sustancia muy ligera bautizada como aerogel, y lo mantendrá desplegado hasta por lo menos el 25 de mayo.

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