Cartas al director

Corazón en un puño

Como mucha gente, llevo desde ayer con el corazón en un puño por los sucesos de El Ejido. Esta mañana escuchaba por la radio que la marea de ataques racistas se ha extendido por los pueblos de la zona. No podía dar crédito a lo que oía de labios de uno de los líderes de los inmigrantes, dirigiéndose al colectivo afectado: "No vayáis hoy a trabajar y manteneos agrupados". Es paradójico que nos rasguemos las vestiduras por tener a Haider en el Gobierno austriaco, mientras no conseguimos arreglar nuestra propia casa. Sí, desgraciadamente la xenofobia no es patrimonio de neonazis nostálgicos: habi...

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Como mucha gente, llevo desde ayer con el corazón en un puño por los sucesos de El Ejido. Esta mañana escuchaba por la radio que la marea de ataques racistas se ha extendido por los pueblos de la zona. No podía dar crédito a lo que oía de labios de uno de los líderes de los inmigrantes, dirigiéndose al colectivo afectado: "No vayáis hoy a trabajar y manteneos agrupados". Es paradójico que nos rasguemos las vestiduras por tener a Haider en el Gobierno austriaco, mientras no conseguimos arreglar nuestra propia casa. Sí, desgraciadamente la xenofobia no es patrimonio de neonazis nostálgicos: habita en nuestro país. Al pensar en estas cosas, me consolaba atribuyendo estas conductas intolerantes al subdesarrollo cultural que pueda darse en un pueblo de Almería, pero he leído una encuesta que ha derribado de un puñetazo mis prejuicios clasistas: el 47% de los universitarios madrileños vincula a los inmigrantes con la delincuencia, el 16% echaría a los gitanos del país y unos 2.000 de ellos estarían dispuestos a salir por las noches a dar palizas a moros y negros. Como afirmaba el autor de la encuesta, Calvo Buezas, estamos "obligados a revisar el viejo enunciado que relaciona racismo con ignorancia". Mi experiencia de colaborar con una ONG, Cooperación Internacional, en su Programa de Sensibilización contra el Racismo y a favor de los Derechos Humanos (SERADE), coincide con la de ese catedrático en que "los prejuicios racistas y xenófobos se nutren de la comodidad, del recelo ante lo desconocido, por no decir directamente del miedo". No basta con informar, hay que sensibilizar.- .

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