La hora grande del ciclismo en pista
A estas alturas, las Seis Horas de Euskadi -la prueba nació en 1979- se han convertido en una reunión de viejos amigos en torno al cemento de la pista del Velódromo de Anoeta. El mismo espectáculo ciclista aderazado con atracciones de índole diversa, el mismo llenazo y un programa elaborado para complacer. La excusa es el ciclismo en pista, una especialidad escasamente valorada que encuentra en la cita donostiarra todo el calor que se le niega habitualmente. Una de las pruebas más vistosas y apreciadas es la americana (en la imagen), donde las parejas se relevan ayudándose en el impulso....
A estas alturas, las Seis Horas de Euskadi -la prueba nació en 1979- se han convertido en una reunión de viejos amigos en torno al cemento de la pista del Velódromo de Anoeta. El mismo espectáculo ciclista aderazado con atracciones de índole diversa, el mismo llenazo y un programa elaborado para complacer. La excusa es el ciclismo en pista, una especialidad escasamente valorada que encuentra en la cita donostiarra todo el calor que se le niega habitualmente. Una de las pruebas más vistosas y apreciadas es la americana (en la imagen), donde las parejas se relevan ayudándose en el impulso.