Los incombustibles Barón Rojo llevan la llama del rock duro a Irún

De un tiempo a esta parte apenas se ha hablado del grupo Barón Rojo, lo que hacía pensar que sus componentes se encontraban narrando a su descendencia sus aventuras de viejos rockeros. Sin embargo, aunque están a años luz de la popularidad de que gozaron en los 80, cuando vendían cientos de miles de discos, se mantienen en activo; con menos pelo, pero con idéntica fe en el rock duro, del que no se han separado desde que en 1981 debutaran con el elepé Larga vida al rock and roll.Dos décadas después de su formación, el cuarteto madrileño sobrevive y se encuentra en el estado de forma que mostra...

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De un tiempo a esta parte apenas se ha hablado del grupo Barón Rojo, lo que hacía pensar que sus componentes se encontraban narrando a su descendencia sus aventuras de viejos rockeros. Sin embargo, aunque están a años luz de la popularidad de que gozaron en los 80, cuando vendían cientos de miles de discos, se mantienen en activo; con menos pelo, pero con idéntica fe en el rock duro, del que no se han separado desde que en 1981 debutaran con el elepé Larga vida al rock and roll.Dos décadas después de su formación, el cuarteto madrileño sobrevive y se encuentra en el estado de forma que mostrará mañana (23.00; 1.500 pesetas) en la sala Tunk! de Irún. La actual gira del grupo sirve para promocionar su última entrega, el álbum Cueste lo que cueste que, pese a ser doble, únicamente contiene cuatro composiciones nuevas. Los otros 28 cortes son versiones remasterizadas de viejos temas y una adaptación de Resistiré.

Al responsable de ese particular disco recopilatorio no le habrá costado mucho encontrar material con el que completar un producto atractivo, ya que en 17 años el grupo puso en circulación 13 elepés, incluidos dos en directo (Barón al rojo vivo y Siempre estáis allí), la recopilación Larga vida al Barón y Brutal volume, versión en inglés de Volumen brutal, su segundo larga duración.

Barón Rojo continúa guiado por las voces y las guitarras de los hermanos Carlos y Armando de Castro, igual que cuando encabezaban el heavy metal español con canciones que servían para vilipendiar a las discográficas por las que habían pasado, construir odas a los numerosos mártires del rock, recrear fábulas satánicas o hablar de la saturación de la gran ciudad, del poder seductor de la música y de la mala reputación del rock and roll.

Han pasado muchos años y muchas modas desde entonces, pero ellos continúan portando la llama del rock duro en español, dicen que no les interesa el metal contemporáneo y señalan la razón de su bajón de popularidad: "Si no te apoyan las radiofórmulas, te conviertes en marginal".

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