Entrevista:ALEJANDRO MAYORDOMOCATEDRÁTICO

"La rentabilidad de la universidad no debe ser sólo económica"

Alejandro Mayordomo lleva 25 años enseñando Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. En unas jornadas sobre política educativa organizadas por la Universidad malagueña, el catedrático dejó un mensaje claro: es imprescindible que la formación superior encuentre un equilibrio que le permita a la vez dar respuestas al mercado laboral sin olvidar una capacitación global, ya que la rentabilidad de la universidad no debe medirse sólo en términos económicos, sino también científicos y sociales. Pregunta. ¿La universidad forma para el empleo o está fallando?

Respuesta. Los agente...

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Alejandro Mayordomo lleva 25 años enseñando Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. En unas jornadas sobre política educativa organizadas por la Universidad malagueña, el catedrático dejó un mensaje claro: es imprescindible que la formación superior encuentre un equilibrio que le permita a la vez dar respuestas al mercado laboral sin olvidar una capacitación global, ya que la rentabilidad de la universidad no debe medirse sólo en términos económicos, sino también científicos y sociales. Pregunta. ¿La universidad forma para el empleo o está fallando?

Respuesta. Los agentes sociales tienen una postura crítica frente a este tema y están demandando un ajuste. En algunos ámbitos sí está fallando porque se producen claros desajustes entre lo que el sistema universitario genera y las exigencias reales. Pero hay una justificación a ese desajuste: la universidad no sólo tiene la responsabilidad de formar para un empleo determinado, sino la de dar aptitudes para el empleo y el conocimiento científico. Desde ese punto de vista, la universidad no puede hipotecarse, no puede formar solamente de cara al mercado laboral. La universidad debe defender una formación científica general, no limitarse a formar sólo para el empleo. Pero, eso sí, debe encontrar un equilibrio de modo que se forme a buenos profesionales pero no sólo para el trabajo sino también para el conocimiento, la ciencia, para su desarrollo personal, para su compromiso cívico. Y eso va mas allá de lo que pide la empresa. Ese equilibrio es imprescindible para que la presión del mercado laboral no vicie el proceso formativo. En síntesis, es necesario un ajuste para responder a las exigencias del mercado de trabajo, pero sin supeditar la formación exclusivamente a esa demanda.

P. ¿Qué tiene de malo formar para el mercado laboral?

R. Un enfoque demasiado economicista puede degradar la calidad de la enseñanza. La universidad no debe orientar su formación sólo por su rentabilidad económica, hay también una rentabilidad social y científica...

P. ¿Qué cuestiona del sistema universitario?

R. La especialización precoz, que no permite a la universidad optimizar sus recursos, ni al alumno una formación general básica; y la insularización de los planes de estudio. Son cosas a corregir. Hay muchos planes de estudios que se han convertido en compartimentos estancos, han abusado de un cierto gremialismo, de cierto corporativismo, de manera que han encerrado la formación de sus profesionales a los ámbitos propios de esa profesión y no han tratado de buscar una interdisciplinaridad o transversalidad. Hay un cierto reduccionismo.

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