Tribuna:

Los duros

La puesta en marcha de la precampaña electoral no ha dejado de ofrecer sorpresas. Las discusiones sobre las listas, como siempre, han dejado agraviados y afortunados. No obstante, destaca sobremanera en este aspecto la desbandada producida en el seno del PP andaluz. A fecha de hoy nada tiene que ver ni la candidatura ni la jefatura del PP con la situación existente al comienzo de la legislatura. Ni Arenas, ni Ojeda, ni Atencia, ni Pimentel, ni Amalia Gómez. Toda la que fuera plana mayor del PP en Andalucía ha desaparecido, como por arte de magia, entregando el partido a personas más cercanas a...

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La puesta en marcha de la precampaña electoral no ha dejado de ofrecer sorpresas. Las discusiones sobre las listas, como siempre, han dejado agraviados y afortunados. No obstante, destaca sobremanera en este aspecto la desbandada producida en el seno del PP andaluz. A fecha de hoy nada tiene que ver ni la candidatura ni la jefatura del PP con la situación existente al comienzo de la legislatura. Ni Arenas, ni Ojeda, ni Atencia, ni Pimentel, ni Amalia Gómez. Toda la que fuera plana mayor del PP en Andalucía ha desaparecido, como por arte de magia, entregando el partido a personas más cercanas a Cascos y al sector duro del PP, con el que Arenas, en una nueva mutación política, ha buscado la sintonía que precisa para intentar terminar su mandato sin un descalabro en el PP de Andalucía.En realidad, con los nuevos representantes del PP en Andalucía parece consolidarse un giro a la derecha, que elimina a los elementos más democristianos y centristas del PP andaluz. En concreto, tanto Pimentel como Amalia Gómez, defensores a ultranza de la ley de Extranjería pactada en el Congreso con todas las fuerzas políticas, se vieron desautorizados con los intentos de modificar la ley del ministro del Interior y ahora han presentado su renuncia. Aunque también es cierto que ambos han aducido como razones cuestiones de naturaleza personal y no discrepancias con la política del Gobierno.

En cualquier caso, lo que sí evidencia la actual situación del PP andaluz es su extrema debilidad, tras cuatro años de una política de oposición sistemática al Gobierno de Chaves en la que se ha supeditado el enfrentamiento a la defensa de los intereses de los andaluces. La revolución y el efecto Teófila han dado paso a una posición menos prepotente, aunque todo hace presagiar que cuando llegue la campaña electoral se volverá por los derroteros que han caracterizado al PP andaluz de los últimos años. Sobre todo si tenemos en cuenta que, despojado Arenas de sus colaboradores más tolerantes, en Andalucía la campaña del PP seguirá exactamente el esquema de la campaña de las generales. Es decir, más leña al estilo Cascos-Rodríguez, aunque ahora protagonizada por Arenas-Piqué y en Andalucía Martínez-Sanz.

LUIS ÁNGEL HIERRO

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