Mascotas

Ando buscando una mascota, ya saben, un perro, un gato... Bueno, preferiblemente un perro. Para mi sorpresa me entero de que se celebra en Madrid Mundo Animalia 99, el Salón Nacional de la Mascota. Así que sin pensármelo, encuentro un hueco y me paso por el recinto ferial Juan CarlosI, donde tiene lugar esta muestra. La entrada, 1.000 pesetas; el aparcamiento, 600.Pero he aquí la verdadera sorpresa: una vez allí, compruebo que para el citado Salón Nacional de la Mascota se ha habilitado un único y pequeño pabellón. Más allá, que entre las mascotas figuraban decenas de caballos -de acuerdo, tie...

Ando buscando una mascota, ya saben, un perro, un gato... Bueno, preferiblemente un perro. Para mi sorpresa me entero de que se celebra en Madrid Mundo Animalia 99, el Salón Nacional de la Mascota. Así que sin pensármelo, encuentro un hueco y me paso por el recinto ferial Juan CarlosI, donde tiene lugar esta muestra. La entrada, 1.000 pesetas; el aparcamiento, 600.Pero he aquí la verdadera sorpresa: una vez allí, compruebo que para el citado Salón Nacional de la Mascota se ha habilitado un único y pequeño pabellón. Más allá, que entre las mascotas figuraban decenas de caballos -de acuerdo, tienen un pase-, boas y otros reptiles, loros, halcones -continúo citando-, coches de la marca BMW y hasta un cachorro de león, además, por supuesto, de cuatro perros y un par de gatos. La verdad es que sólo a mí se me ocurre acudir a un sitio así en pleno 28 de diciembre. Supongo que fue una simple broma de los organizadores.

En cualquier caso, he acabado escarmentada. Si bajo títulos como Salón Nacional de la Mascota se promueve entre el público la idea de hacerte con una boa constrictor o un tucán como animales de compañía, creo que terminaré por ir adonde debía haberlo hecho desde un principio: en cada una de las perreras municipales se encuentra un montón de ejemplares de la especie "el mejor amigo del hombre".- Natalia Boluda. Pozuelo.