La Fiscalía investigará a fondo las palizas a la niña de Sevilla

La asistenta acusada de las agresiones ha sido puesta en libertad

Las investigaciones sobre la asistenta sevillana que presuntamente agredió a una niña de 22 meses bajo su custodia apenas han comenzado. La juez decidió el martes dejar a Dolores P., la asistenta acusada, en libertad sin fianza, a la espera de que las indagaciones de la Fiscalía permitan obtener más datos aparte de los obtenidos en la grabación que recoge el sonido de los golpes y los quejidos de la menor.

El fiscal jefe de Sevilla, Alfredo Flores, pasó toda la mañana de ayer pidiendo calma. Flores asegura que la pequeña está bien y que lo importante ahora es profundizar en el caso por ...

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Las investigaciones sobre la asistenta sevillana que presuntamente agredió a una niña de 22 meses bajo su custodia apenas han comenzado. La juez decidió el martes dejar a Dolores P., la asistenta acusada, en libertad sin fianza, a la espera de que las indagaciones de la Fiscalía permitan obtener más datos aparte de los obtenidos en la grabación que recoge el sonido de los golpes y los quejidos de la menor.

El fiscal jefe de Sevilla, Alfredo Flores, pasó toda la mañana de ayer pidiendo calma. Flores asegura que la pequeña está bien y que lo importante ahora es profundizar en el caso por medio de la investigación abierta por la fiscalía. En la noche del pasado martes, la juez Mercedes Alaya dejó en libertad sin fianza a Dolores P., aunque sigue acusada de malos tratos y con la obligación de presentarse ante el juzgado cada 15 días.La decisión judicial se apoya en el atestado policial, que venía acompañado de una cinta de audio en la que se podían escuchar los gritos coléricos de la acusada, sus golpes, y los quejidos de la pequeña.

En la Jefatura Superior de Policía de Sevilla, los responsables del Servicio de Atención a la Familia (SAF) explicaron ayer los pormenores de la operación que acabó con la detención de la asistenta. La policía asegura ahora que la grabación de los presuntos malos tratos a la menor fue ejecutada por la propia familia de la niña que instaló un grabador de casete en un falso techo del baño. Sin embargo, desde fuentes de la investigación judicial se sospecha de la total exactitud de esta versión, ya que los padres habrían grabado los malos tratos el día 28 de diciembre y el caso no llegó a la policía hasta que el día 30 el hospital dio parte del ingreso de la menor con múltiples magulladuras.

Al que más ha sorprendido el contenido de la conferencia de prensa convocada por la policía ha sido al titular de la Fiscalía de Sevilla. Flores anunció ayer que la investigación del ministerio público incluirá las supuestas quemaduras que la pequeña presentaba en la parte posterior de una de sus orejas y en un dedo, que no aparecían en el parte del hospital en el que la pequeña fue atendida el pasado 30 de diciembre. Sin embargo, esas lesiones sí que se citaron en la conferencia de prensa policial.

Siete horas con los niños

Según la portavoz del SAF en Sevilla, Dolores P. trabajaba una media de siete horas diarias a cargo de los hijos de un dentista y una enfermera de Sevilla. La acusada de malos tratos llevaba cerca de un año ejerciendo ese papel y estaba respaldada por los buenos informes de sus antiguos empleadores.

La asistenta también se ocupaba de los menores -la pequeña supuestamente agredida tiene un hermano de cinco años- en algunos periodos de vacaciones en los que los padres se ausentaban.

Las investigaciones siguen abiertas y no se ha desechadado ninguna alternativa. La Fiscalía de Sevilla ha tomado este caso desde el mismo principio. En este tipo de sucesos, los primeros sospechosos son los progenitores y es bastante difícil dirimir responsabilidades ante la imposibilidad del agredido de narrar el modo o el responsable de sus tormentos.

En este sentido, el abogado de la acusada aseguraba ayer a Europa Press que se estaba violando la presunción de inocencia de su defendida. La estrategia de la defensa de Dolores P. explorará las posibilidades de anular la veracidad de la cinta en la que supuestamente aparecen los quejidos de la pequeña y los gritos de la acusada. Las investigaciones, aunque Dolores P. sea la principal acusada, se traducirán en entrevistas a los padres, a vecinos y otras personas cercanas a la familia o el entorno donde vivían y, según fuentes judiciales, se podrían prolongar durante varios meses.

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