Cartas al director

"Narcosalas"

Llevo dos años colaborando con una ONG que se ocupa, entre otras cosas, del mundo de la droga, y en la misma comparto mi tiempo con los usuarios de drogas. En España, el asunto de la droga es una cuestión de salud pública. La inmensa mayoría de los usuarios es HIV positivo, la hepatitis C tiene una alta prevalencia entre los mismos y la tuberculosis se ceba en ellos. Partiendo de estas premisas, cualquier medida que evite los riesgos sea bienvenida. La inyección segura comporta el uso de una jeringuilla nueva, agua destilada,un desinfectante tópico. Estos medios se les están dando y prácticame...

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Llevo dos años colaborando con una ONG que se ocupa, entre otras cosas, del mundo de la droga, y en la misma comparto mi tiempo con los usuarios de drogas. En España, el asunto de la droga es una cuestión de salud pública. La inmensa mayoría de los usuarios es HIV positivo, la hepatitis C tiene una alta prevalencia entre los mismos y la tuberculosis se ceba en ellos. Partiendo de estas premisas, cualquier medida que evite los riesgos sea bienvenida. La inyección segura comporta el uso de una jeringuilla nueva, agua destilada,un desinfectante tópico. Estos medios se les están dando y prácticamente están al alcance de cualquiera. Pero la droga se la ponen en la calle, en lugares a veces infestados de ratas, rodeados de basura y en condiciones que favorecen el hecho de compartir dichos instrumentos. Este hecho no oculta que tras todo esfuerzo humano sanitario está la intención de que abandonen la droga. Olvidamos, sin embargo, que la droga no es sólo la sustancia, y que más allá de la misma existen las condiciones sociales (falta de oportunidades, paro) y las psicodinámicas que constituirían todos aquellos factores de personalidad que les conducen a buscar una respuesta vital en el mundo de las drogas. No basta con darles metadona (con ser este hecho importante), ni con ofrecerles jeringuillas nuevas, o facilitarles preservativos. Es fundamental integrar al usuario de drogas en la sociedad. Las narcosalas abordan un problema sanitario, pero, a su vez, denotan un esfuerzo más por lograr esa integración en el sentido de asumir el hecho innegable del consumo real, puro y duro, de la droga.El paso siguiente (a mí no se me escapa) será suministrarles la sustancia madre, de igual manera que los médicos están autorizados a suministrar morfina cuando el paciente lo necesita, sin constituir por ello un problema legal. En estas narcosalas será preceptivo no sólo la higiene, sino el personal necesario para una eventual emergencia sanitaria: DUE y médicos. El desarrollo de prácticas más seguras no incrementa el uso de drogas, sino más bien disminuye problemas como la trasmisión del HIV, la hepatitis y otras patologías asociadas. Pero lo más importante nos acerca más al problema real. Lo que facilitará el desarrollo de medidas más eficaces para controlarlo y en su día poder erradicarlo.- José Ignacio Pereira Pagán. Alcorcón, Madrid.

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