El grupo asturiano Undershakers presenta su tercer elepé en Bilbao
Hace tiempo que el rock dejó de ser una música reservada, al menos en el aspecto más estereotipado, al género masculino. Para acreditarlo, basta remitirse al fenómeno riot grrrl, que sacudió recientemente los cimientos del rock mundial, o atender al éxito que en España ha tenido Dover. Pero el cuarteto madrileño no es más que una cabeza visible en una escena que cuenta con otros grupos en los que ellas mandan, caso de Nosoträsh, The Killer Barbies o Undershakers. Este último, precisamente, actúa hoy (20.00) en la sala Bilborock de la capital vizcaína. Undershakers presenta en la antigua iglesi...
Hace tiempo que el rock dejó de ser una música reservada, al menos en el aspecto más estereotipado, al género masculino. Para acreditarlo, basta remitirse al fenómeno riot grrrl, que sacudió recientemente los cimientos del rock mundial, o atender al éxito que en España ha tenido Dover. Pero el cuarteto madrileño no es más que una cabeza visible en una escena que cuenta con otros grupos en los que ellas mandan, caso de Nosoträsh, The Killer Barbies o Undershakers. Este último, precisamente, actúa hoy (20.00) en la sala Bilborock de la capital vizcaína. Undershakers presenta en la antigua iglesia de La Merced las canciones de su tercer elepé, un álbum recién editado que se titula Perfidia (Subterfuge). En él, el quinteto ha grabado muestras de todos los estilos de los que ha picoteado desde su formación: del pop al garage, pasando por el pop rock y su evidente apego a la cultura de los años sesenta. Asimismo, el disco incluye el tema Ilusions garden, grabado para la banda sonora del largometraje Shacky Carmine.
La banda está formada por cinco jóvenes asturianas para quienes ganar en 1995, un año después de su reunión, el II Concurso de Rock Universitario Ciudad de Oviedo supuso un claro punto de inflexión. Ello llamó la atención de la discográfica Subterfuge Records y, desde entonces, han publicado tres elepés con la independiente madrileña. Escuchando todos, se constata que la inocencia es una constante, que el castellano ha ido ganando terreno en su repertorio (el primero, Nightshow, estaba cantado íntegramente en inglés) y que tiene la osadía suficiente para adaptar el A tu vera, de León y Solano.