La precisión del maquetista

Cada cambio en el diseño de la futura terminal de Barajas que decide desde Londres el arquitecto Richard Rogers supone un quebradero de cabeza para el responsable de un taller artesanal situado en Húmera. El maquetista Eduardo García construye desde hace un año una réplica exacta de Barajas con la ampliación que proyecta Fomento. En 20 metros cuadrados ha recreado a escala 1/2.000 un aeropuerto de cuatro pistas, con sus terminales y accesos. El Gran Barajas de verdad costará más de 350.000 millones; la maqueta, sólo 15.Ineco, la consultora del Ministerio de Fomento que ha diseñado la ampliació...

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Cada cambio en el diseño de la futura terminal de Barajas que decide desde Londres el arquitecto Richard Rogers supone un quebradero de cabeza para el responsable de un taller artesanal situado en Húmera. El maquetista Eduardo García construye desde hace un año una réplica exacta de Barajas con la ampliación que proyecta Fomento. En 20 metros cuadrados ha recreado a escala 1/2.000 un aeropuerto de cuatro pistas, con sus terminales y accesos. El Gran Barajas de verdad costará más de 350.000 millones; la maqueta, sólo 15.Ineco, la consultora del Ministerio de Fomento que ha diseñado la ampliación de Barajas, quiere que los usuarios del aeródromo conozcan al detalle su obra. Por ello encargó a García la realización de esta maqueta, que se expondrá antes de fin de año en Barajas.

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"Al principio sólo tuve el encargo de hacer la maqueta de la tercera pista y sus alrededores, pero luego AENA cambió de opinión y tuve que ampliar el proyecto para reflejar todo el crecimiento de Barajas", explica García. Este cambio le obligó a buscar un taller más amplio para poder trabajar a sus anchas.

Le obsesiona la precisión y busca continuamente colaboradores que le ayuden a encontrarla. García, que ha reproducido fielmente los pueblos y barrios que rodean el aeropuerto, ha colocado en su maqueta más de 2.000 viviendas, 6.500 pinos, 2.000 olivos, 700 álamos y cientos de cipreses de seis milímetros. "Ahora estoy colocando los del cementerio [de Barajas]", explica el maquetista.

Antonio Gracia, presidente de la ingeniería pública, se mostró ayer orgulloso con la reproducción. "Me gusta porque es un fiel reflejo del que será el aeropuerto más eficiente de Europa", señala.

Tanta es la similitud entre los dos proyectos, que, cada vez que el Ministerio de Fomento o los arquitectos e ingenieros encargados de diseñar las infraestructuras cambian un pequeño detalle, García se ve obligado a modificar su maqueta. La última vez ha sido cuando Richard Rogers decidió cambiar el diseño de la cubierta de la nueva terminal. García acudió entonces a una asociación de joyeros para que le enseñasen a hacer los troqueles que la maqueta necesitaba. Los joyeros le respondieron que esa técnica aún no se había inventado. Pero el artista no se amilanó. Insistió hasta descubrir por su cuenta el sistema que le permitiría hacer los cuños que necesitaba.

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Para iluminar las pistas usó más de 10.000 puntos de luz (de poco más de un milímetro). Mediante un sistema óptico desarrollado también por el artista, las luces se tornan rojas o verdes, dependiendo de la dirección de la que provengan los aviones. El rojo impide el aterrizaje, el verde lo permite.

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