Tribuna:

Otra vuelta a lo mismo

Al PSOE se le han estado pidiendo ideas para provocar las ganas del electorado en potencia que tiene, y que se retiró a los cuarteles de invierno a la espera de mejores tiempos. Si son ya esos tiempos o no, está por ver, pero el PSOE anda intentando hacer creer que algo se mueve después de un tiempo de ensimismamiento en su fracaso y sus errores, no del todo asumidos. Vienen las señales por la vía del impulso de lo femenino, que es toda una novedad tan cierta como esperanzadora.Promesas como la del presidente Chaves de formar, si gana las elecciones, un Gobierno con un 50% de mujeres, hacen ta...

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Al PSOE se le han estado pidiendo ideas para provocar las ganas del electorado en potencia que tiene, y que se retiró a los cuarteles de invierno a la espera de mejores tiempos. Si son ya esos tiempos o no, está por ver, pero el PSOE anda intentando hacer creer que algo se mueve después de un tiempo de ensimismamiento en su fracaso y sus errores, no del todo asumidos. Vienen las señales por la vía del impulso de lo femenino, que es toda una novedad tan cierta como esperanzadora.Promesas como la del presidente Chaves de formar, si gana las elecciones, un Gobierno con un 50% de mujeres, hacen tambalearse los cimientos sobre los que han asentado su poderío muchos hombres, sin más mérito que el de su masculinidad.

Ésa y otras del mismo calado son propuestas para un futuro que seguiría siendo sospechoso si se mantuviera la desigualdad, si no se encara la realidad de un mundo en el que la injusticia contra las mujeres ha sido consagrada con toda impunidad. Acaso me repito, porque en mi anterior artículo en este mismo espacio hablaba del asunto, pero sólo un poquito, y sin que tenga yo temor a que se pueda considerar exceso, cuando el exceso ha venido siempre de la forma en que los hombres han privado de los derechos más elementales a las mujeres.

Afortunadamente, corren tiempos nuevos, y todo hombre que se precie y quiera ser apreciado por quienes son imprescindibles para compartir la vida y el futuro, en lo público como en lo privado, es decir por las mujeres, sabe que si quiere asumir el riesgo de cualquier responsabilidad política, tiene que hacerlo contando con la participación de las mujeres. Participar que no es figurar como muestra de condescendencia de quienes desde su autoridad y poder masculino hacen el favor de colocar en sitios visibles y lucidos unas cuantas mujeres. Ejemplos de esto hay en la forma en que la derecha entiende la presencia de las mujeres en la política. Desde la izquierda las mujeres han obligado a los hombres a aceptar la realidad. Dicen que algunos en la propia izquierda andan descolocados: los privilegios de todos los machistas que en el mundo han sido pueden empezar a perderse en una nube de justicia. Ojalá sea verdad tanta esperanza.

MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ

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