El fiscal solicita tres años de cárcel para el dueño de un geriátrico acusado de estafar 10 millones a un anciano

El fiscal pidió ayer tres años de cárcel para Victorino Bisbal Queralt, a quien acusa de estafar más de 10 millones de pesetas a un anciano con el que había acordado ofrecerle cuidados a él y su esposa en su geriátrico de Castelldefels a cambio de todos sus bienes patrimoniales y su pensión. El anciano, que abandonó la residencia a los pocos meses del pacto tras quedarse viudo, sufre una acusada demencia senil y no recuerda lo ocurrido.El juicio, que se celebró en la sección séptima de la Audiencia de Barcelona, dejó en evidencia los sistemas de captación de ancianos por parte del dueño del g...

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El fiscal pidió ayer tres años de cárcel para Victorino Bisbal Queralt, a quien acusa de estafar más de 10 millones de pesetas a un anciano con el que había acordado ofrecerle cuidados a él y su esposa en su geriátrico de Castelldefels a cambio de todos sus bienes patrimoniales y su pensión. El anciano, que abandonó la residencia a los pocos meses del pacto tras quedarse viudo, sufre una acusada demencia senil y no recuerda lo ocurrido.El juicio, que se celebró en la sección séptima de la Audiencia de Barcelona, dejó en evidencia los sistemas de captación de ancianos por parte del dueño del geriátrico en los hospitales y el tipo de acuerdo al que llegó con los jubilados, que le dieron todo lo que tenían a cambio de que les cuidaran toda la vida. El acusado tomó contacto en mayo de 1996 con Antoni Ros, de 92 años, y su esposa en el hospital del Mar, donde la mujer se encontraba ingresada de gravedad. Al parecer, el anciano no se veía capacitado para ocuparse de su mujer y cuando Victorino Bisbal le ofreció el ingreso en una de sus residencias geriátricas pactando los cuidados en el centro a cambio de la cesión de todos sus bienes patrimoniales e incluso la pensión del anciano, éste aceptó.

Una vez el matrimonio se trasladó a la residencia, acudieron con el acusado a un notario donde firmaron un documento de cesión de bienes a cambio de alimentos, aunque el acusado ya se había apoderado de más de 12 millones de pesetas que los ancianos tenían en diferentes cuentas bancarias, según el fiscal. La acusación pública sostiene que Bisbal se aprovechó de que Antoni Ros está afectado por una "progresiva demencia senil con grave deterioro de sus facultades mentales" para retirar todos sus ahorros. A los tres meses de ingresar en la residencia, la esposa del anciano falleció y él abandonó el geriátrico tres meses después para ir a vivir a casa de un amigo. Según el fiscal, en los meses que estuvo en la residencia, el matrimonio de ancianos sólo ocasionó gastos por valor de 1.411.000 pesetas y el propietario del geriátrico se niega a devolverle los más de 10 millones de pesetas que le entregó.

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