La Entallada, el luminoso de Europa

Dos crucificados de madera en memoria de dos cristianos ahogados dan la bienvenida a los inmigrantes que cada día saltan de la patera a la playa de los Pajaritos. Esta cala desierta es la más cercana al faro de la Entallada, el luminoso que anuncia Europa y guía a los pateros. Encaramado en un farallón a 195 metros sobre el nivel del mar, su luz se ve a un par de millas de la costa africana. La Entallada era la última referencia de los aviones españoles cuando volaban a bombardear Sidi Ifni.Los sin papeles llegan aquí empapados, nerviosos, apretando la bolsa de plástico en las que lleva...

Dos crucificados de madera en memoria de dos cristianos ahogados dan la bienvenida a los inmigrantes que cada día saltan de la patera a la playa de los Pajaritos. Esta cala desierta es la más cercana al faro de la Entallada, el luminoso que anuncia Europa y guía a los pateros. Encaramado en un farallón a 195 metros sobre el nivel del mar, su luz se ve a un par de millas de la costa africana. La Entallada era la última referencia de los aviones españoles cuando volaban a bombardear Sidi Ifni.Los sin papeles llegan aquí empapados, nerviosos, apretando la bolsa de plástico en las que llevan sus pertenencias secas. Las piedras están salpicadas de pantalones, camisetas, zapatos, calzoncillos y otras prendas abandonadas por los recién llegados. Incluso han dejado una cinta de casete: Editión El Wafa. "Y eso que yo he quemado muchas cosas, porque las cabras se extrañan de tanta ropa", dice el cabrero Diego Betancor.

En parejas o en tríos abandonan la playa por un barranco para buscarse la vida. Si llegan de noche, se ocultan en los montes pelados de la zona. Por la mañana abren la marcha. Si conocen a alguien, acuden a telefonear a la cabina de un núcleo de población llamado Las Playitas. La Guardia Civil los sorprende allí al poco. Los que no conocen a nadie, caminan recelosos hacia las casitas del Tiquital. No suelen llegar lejos. Los vecinos llaman a la Guardia Civil. La mayoría de los saharauis quiere quedarse, pero los marroquíes y otros africanos suelen tener por destino el continente europeo, sobre todo Francia e Italia. Los que eluden los controles intentan saltar a Las Palmas en ferry y de allí, tomar un avión hacia Europa. Pocos lo consiguen. Cien pateras han llegado este año a los Pajaritos.