Un tema explosivo

En su despacho de presidente del Tribunal Constitucional de Montenegro, el catedrático Blagota Mitric, de 54 años, afirma que, según la ley, nada impide declarar la independencia de Montenegro tras el triunfo por simple mayoría en referéndum, pero dice que, de ser así, no podría hacerse por vía pacífica. "Me acusan de revisionista, pero yo exigiría un 90% de votos a favor de la independencia. Al 10% opuesto se le podría convencer con argumentos políticos". El juez se dirige al enviado de EL PAÍS y, con un toque de amarga ironía, dice: "Ya tengo a mi hijo mayor en Australia y no quisiera necesi...

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En su despacho de presidente del Tribunal Constitucional de Montenegro, el catedrático Blagota Mitric, de 54 años, afirma que, según la ley, nada impide declarar la independencia de Montenegro tras el triunfo por simple mayoría en referéndum, pero dice que, de ser así, no podría hacerse por vía pacífica. "Me acusan de revisionista, pero yo exigiría un 90% de votos a favor de la independencia. Al 10% opuesto se le podría convencer con argumentos políticos". El juez se dirige al enviado de EL PAÍS y, con un toque de amarga ironía, dice: "Ya tengo a mi hijo mayor en Australia y no quisiera necesitar su ayuda para que el pequeño se vaya a España".Se estima que más de un millón de montenegrinos viven integrados en Serbia; la religión ortodoxa y el idioma, a diferencia de Kosovo, unen a serbios y montenegrinos; tres ayuntamientos del norte de Montenegro, cerca de Serbia, han decidido no aceptar un resultado de referéndum favorable a la independencia; el partido proserbio SNP pisa los talones al DPS de Djukanovic. Por todas estas razones, Djukanovic trata de manejar con suma cautela el tema de la independencia, que puede resultar explosivo.

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