El Gobierno cree que Madrid ha asumido construir la "Y" ferroviaria

El consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, destila optimismo sobre el futuro tren de alta velocidad (TAV) del País Vasco. Las conversaciones que en las últimas semanas ha mantenido con el Ministerio de Fomento han despejado el panorama hasta el punto de afirmar: "Existe el convencimiento mutuo [de Madrid y Vitoria] de que si los proyectos de obra están listos, en el 2001 comenzarán los trabajos con el pico y la pala. Madrid ha asumido que la solución ferroviaria vasca de alta velocidad tiene que salir adelante. Ya no se va a producir ninguna paralización del proceso".

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El consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, destila optimismo sobre el futuro tren de alta velocidad (TAV) del País Vasco. Las conversaciones que en las últimas semanas ha mantenido con el Ministerio de Fomento han despejado el panorama hasta el punto de afirmar: "Existe el convencimiento mutuo [de Madrid y Vitoria] de que si los proyectos de obra están listos, en el 2001 comenzarán los trabajos con el pico y la pala. Madrid ha asumido que la solución ferroviaria vasca de alta velocidad tiene que salir adelante. Ya no se va a producir ninguna paralización del proceso".

Así, Amann anuncia que el Ministerio retirará como muestra de buena voluntad los 1.000 millones de pesetas que había reservado para el TAV vasco en los Presupuestos Generales del Estado para el 2000. Mantenerlos podría dar la impresión de que no se hace una apuesta seria por la solución vasca, dado que al menos son necesarios 15.000 millones para realizar todos los proyectos de obra. "Reservar una cantidad tan pequeña como 1.000 millones podría dar la sensación de que se quiere seguir demorando. Por eso le hemos pedido al Ministerio que los retire y que lo importante no es fijar una cantidad, sino que la solución se incluya en los planes de la Gestora de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), que será la encargada de crear y mantener todas las redes que se construyan en España. Hemos detectado una sintonía con nuestra postura", explica. Amann está convencido, tras sus contactos con el Ministerio, que el futuro trazado del tren de alta velocidad formará parte del GIF. "Sería el espaldarazo definitivo. Tengo la impresión de que esto se va a producir".

Ahora lo primero es definir el trazado. El departamento apuesta por la Y frente al proyecto de la L, tal y como proponen las cámaras de comercios. El Gobierno está estudiando algunas alegaciones al trazado original de la Y, como los accesos a las capitales, las características técnicas de la red (ancho, velocidad), el plan de fases de intervención o la funcionalidad de la red. "Antes de que concluya 1999 el Gobierno entregará el trazado definitivo al Ministerio y de ahí tendrá que ir al GIF, que es la única garantía de que habrá un respaldo financiero", apunta el titular de Obras Públicas. De esta forma, en el año 2000 se redactarán los proyectos y en el 2001 se iniciará la obra.

La Y vasca es uno de los catorce proyectos de redes de transporte considerados como prioritarios por la UE, por lo que tiene derecho a recibir dinero de los Fondos de Cohesión, según el consejero. Precisamente la financiación de la red es uno de los escollos con los que se ha topado esta infraestructura. Una vez que Madrid incluya el trazado vasco en el GIF esta incertidumbre desaparecerá.

Amann incluso plantea que el Gobierno vasco podría financiar una parte de la obra, de la que no es titular y cuya competencia recae sobre el Ejecutivo central. "Si Madrid no tiene dinero para costear la parte que le corresponde para construir el TAV, esta cantidad la aportaría el Ejecutivo autónomo". La financiación se llevaría a cabo si Madrid acepta dos condiciones: permitir que Euskadi acceda a los Fondos de Cohesión y que la explotación corra a cargo del Ejecutivo autónomo. "Se ligan las inversiones a la explotación de la red", indicó el consejero.

El coste de la Y asciende a 500.000 millones de pesetas y los Fondos de Cohesión pueden llegar a sufragar el 80% de esta cantidad. El resto corresponde a la Administración central, pero el Euskadi podría asumirla. Serían unos 100.000 millones.

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Tanto el anterior consejero de Transporte, el socialista José Antonio Maturana, como Amann sostienen que la construcción de la Y no supone la modernización del ferrocarril en Euskadi, sino su supervivencia. En estos momentos, la media de viajeros de largo recorrido en día ha pasado de 2.900 en 1992 a 1.600 en 1994, es decir, menos del 5% de la demanda total. En mercancías, la participación del ferrocarril es inferior al 3%.

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